La policía de Colombia denunció hoy un presunto plan de fuga de la cárcel de La Picota de Bogotá de los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, jefes del Cartel de Cali.
Una fuente de la policía indicó que los hermanos Rodríguez Orejuela, capturados separadamente a mediados de 1995, están "preocupados" ante la inminente aprobación de la ley de extradición, debatida en el Congreso.
Según la fuente, dos informantes denunciaron que desde hace tres semanas los Rodríguez Orejuela estaban planeando la fuga, que debía cumplirse en los próximos días.
Miguel, considerado el número dos del Cartel, habría comentado que el proyecto de ley de extradición estaba avanzando en el Congreso y que él no pensaba permanecer en la cárcel para esperar su entrega a Estados Unidos.
El fin de semana pasado fue hallado un agujero oculto en la cocina de la cárcel por el cual ambos hermanos podrían haber pasado del bloque de alta seguridad en el que se encuentran recluídos hacia los patios generales, desde donde sería más fácil escapar.
La policía indicó también que existen sospechas de que los dos narcotraficantes estaban ingiriendo drogas para simular síntomas de una enfermedad cardíaca y ejecutar su plan de fuga aprovechando una cita médica.
Gilberto, el número uno del Cartel, pospuso una cita médica que tenía este martes para una fecha no divulgada que concuerda con otra que ya había solicitado su hermano Miguel.
La Dirección de la Prisión prohibió a los dos narcotraficantes la salida para sus habituales chequeos médicos, a los que asistían fuera de la cárcel.
Miguel fue condenado a 10 y 23 años de prisión por dos cuasas distintas y su hermano Gilberto a 11 años. Ambos fueron reclamados por Estados Unidos y Canadá.
La extradición hacia cualquier país está prohibida por la Constitución colombiana de 1991. El proyecyo de ley para restablecerla podría ser aprobado en en segundo período de sesiones del Congreso, entre julio y diciembre.
El último jefe del narcotráfico que se fugó de la cárcel La Picota fue Gilberto Santacruz, también del Cartel de Cali, en enero de 1996. Santacruz fue baleado por la policía cinco meses más tarde en Medellín, en el noroeste del país.
La dirección del Instituto Nacional Penitenciario afirmó que las medidas de seguridad en el pabellón de Alta Seguridad de La Picota han sido redobladas para evitar cualquier fuga de los narcotraficantes. (FIN/IPS/yf/dg/ip/97
