El gobierno de Venezuela prohibió el ingreso de 2.000 automóviles polacos que serían usados como taxis, tras establecer que el programa de importación violaba normas arancelarias y automotrices de la Comunidad Andina.
El proyecto, del Consocio Venezolano de Taxis, consistía en importar 2.000 automóviles ensamblados por la Fabryka Samochadow Osobowych de Polonia, hasta ahora no comercializados localmente, para reponer el obsoleto parque de transporte público y venderlos a taxistas independientes con facilidades de pago.
Pero el gobierno divulgó este viernes el texto de un decreto que revocó la autorización para esa importación, originalmente concedida con exoneraciones indebidas y que fueron protestadas por las ensambladoras de Venezuela, Colombia y Ecuador.
En los tres países, que con Bolivia integran la Comunidad Andina, las corporaciones automovilísticas trasnacionales han establecido plantas de ensamblaje y favorecido la adopción de políticas para tratar la subregión como un mercado común.
La autorización original que Venezuela dio al Consorcio de Taxis en 1995 permitía importar los automóviles polacos con exoneración del impuesto a las ventas (IVA), en ese entonces de 12,5 por ciento, y el arancel andino de 35 por ciento.
Las ensambladoras lograron un pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia de Venezuela en el sentido de que tal autorización violaba la Decisión 282 de la Junta del Acuerdo de Cartagena (Comunidad Andina) relativa a la "armonización de franquicias arancelarias".
El gobierno rectificó, admitiendo que no puede "establecer nuevas franquicias" que cabalguen las subregionales ya fijadas, y además la citada autorización contravenía el Convenio de Complementación Automotriz, que como resolución de la Junta andina rige desde septiembre de 1994.
La nueva decisión de Caracas, además de fortalecer la norma andina, favorece la negociación de similares con el Mercado Común del Sur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), según fuentes de su industria ensambladora. (FIN/IPS/jm/ag/if/97