Tailandia sigue fomentando el intercambio económico y los vínculos diplomáticos con Birmania, con la que tuvo una enemistad centenaria, a pesar de las críticas de los países industrializados, para quienes esa actitud fortalece al gobierno militar en Rangún.
El primer ministro de Tailandia, Chavalit Yongchaiyudh, efectuó a mediados de mes su primera visita como jefe de Estado a Birmania y reiteró la amistad de su país con el régimen, a pesar de las reiteradas denuncias en su contra por violaciones a los derechos humanos.
La visita de dos días de Chavalit, registrada poco después de la imposición de sanciones económicas a Birmania por parte de Estados Unidos, implicó un aliento a la dictadura.
Rangún, además, se verá beneficiada por los acuerdos en materia de energía firmados en la ocasión, en especial el proyectado gasoducto de Yadana, que transportará gas natural de Birmania al golfo de Martaban en Tailandia,
Más de 200 políticos, académicos y activistas de todo el mundo reclamaron a Chavalit antes del viaje la cancelación del proyecto hasta que la junta militar de Birmania deje de violar los derechos humanos y entable un diálogo con la líder democrática Aung San Suu Syi y representantes de minorías étnicas.
En la carta que le enviaron con ese propósito, los firmantes, entre ellos el premio Nobel irlandés Mairead Maguire, afirmaron que la junta birmana "tomó y mantuvo el poder con métodos ilegales y violentos a pesar de los deseos expresados de forma democrática por su pueblo".
Los activistas sostuvieron que una vez concluido el gasoducto Tailandia pagará millones de dólares al año a Birmania, lo que afianzará el poder de la junta militar.
Chavalit dijo a la prensa después de su visita que recomendó al líder de la junta de Birmania, general Than Shwe, mejoras a la situación de los derechos humanos en su país.
"Le dije de hermano a hermano que la gente quería que él y su gobierno otorgaran de modo gradual libertad al pueblo", dijo el gobernante tailandés. Than escuchó con atención esos comentarios, aseguró Chavalit.
Pero, al parecer, el gobierno militar dio más importancia a la intención de Tailandia de aumentar la inversión y el intercambio económico así como su apoyo al ingreso de Rangún a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
Tailandia es uno de los mayores inversores extranjeros en Birmania y también el más enérgico promotor de la campaña del gobierno de Than para recuperar la respetabilidad internacional y restaurar relaciones normales con el resto del mundo.
El régimen militar ha sufrido el ostracismo internacional desde que reprimió con brutalidad un movimiento prodemocrático en 1990
Las autoridades se negaron entonces a entregar el poder luego de perder las elecciones frente a la Liga Nacional para la Democracia, liderada por Aung San Suu Kyi, luego galardonada con el premio Nobel de la Paz. La represión ocasionó miles de muertos e infinidad de arrestos.
El interés que ahora manifiesta Tailandia por Birmania, a pesar de siglos de hostilidad entre los dos países, radica en las riquezas naturales del país.
Una encuesta realizada en diciembre por el Banco Tailandés de Agricultores con sede en Bangkok reveló que 23,8 por ciento de los inversores tailandeses tenían interés en los recursos naturales del país, 20,4 por ciento en su enorme mercado interno y 15 por ciento en su abundante mano de obra barata.
En marzo, Tailandia se convirtió en el tercer mayor inversor extranjero en Birmania, con 1.030 millones de dólares. Gran Bretaña encabezó la lista con 1.300 millones y Singapur le siguió con 1.210 millones.
En 1996, las compañías tailandesas invirtieron 605 millones de dólares, más que la suma de los seis años anteriores. El intercambio comercial entre Tailandia y Birmania en 1996 ascendió a 440 millones de dólares.
Las autoridades de Tailandia sostienen que las sanciones de Estados Unidos contra Birmania apenas tendrán "consecuencias limitadas".
El portavoz de la cancillería tailandesa, Surapong Jayanama, dijo que la decisión de Washington no cambiaría la posición favorable de la ASEAN a admitir a Rangún como miembro pleno este año.
Pero representantes de los países de la ASEAN manifiestan en privado sus reservas para aprobar el ingreso de Birmania en pie de igualdad con Indonesia, Malasia, Tailandia, Brunei, Singapur, Vietnam y Filipinas.
Pero si posterga la admisión, parecería una concesión a la presión de los países industrializados, un extremo al que el grupo se resiste.
Activistas políticos birmanos en Bangkok pronostican, en cambio, que la reunión de cancilleres de ASEAN prevista para los días 30 y 31 en Kuala Lumpur, en la que se decidirá la inclusión de Birmania, Laos y Camboya, podría no llegar a conclusión alguna.
El diario Singapore Straits Times, que refleja la posición del gobierno en ciertos asuntos, dijo que "Birmania no debe desacreditar a ASEAN" y que el grupo debe imponer severos requisitos de ingreso al régimen birmano.
"Aparte de su búsqueda de recursos naturales baratos, el otro factor que mantiene a Tailandia y a los otros países de la ASEAN involucrados en Birmania es China", dijo un diplomático asiático en Bangkok.
Muchos países del sudeste de Asia discuten en privado que, si no mantienen relaciones normales con Birmania, China tendrá el monopolio de la influencia extranjera sobre el gobierno de Rangún.
China otorgó en 1988 su apoyo a la junta militar con armas, acceso a productos y respaldo diplomático internacional.
"La ASEAN considera a Birmania un símbolo de su capacidad para actuar contra lo que piensa el resto del mundo. Pero el grupo también tiene la inteligencia para darse cuenta de que la admisión de Rangún quizá no sea lo mejor para sus intereses a largo plazo", dijo el exiliado periodista birmano, Tin Oo. (FIN/IPS/tra- en/tg/ral/aq-mj/ip/97