El teatro es utilizado en Kenia como medio de educación cívica, en vísperas de las elecciones generales de este año.
"Es más fácil enseñar sobre la democracia o la constitución utilizando símbolos, historias y humor, y el teatro es ideal para comunicar mensajes vivos al pueblo" explicó el dramaturgo Wakanyote Njuguna.
Wakanyote es autor de "Antes de la Tormenta", una obra estrenada en abril junto con "Kanzala", de Kivutha Kibwana, en el Teatro Nacional de Kenia. También es el director de las dos piezas, que permanecerán en cartel hasta agosto, pocas semanas antes de los comicios.
"Kanzala" es una ingeniosa parodia de la época preelectoral en Zola, una tierra ficticia donde el político Kanzala, del partido en el poder, participa por primera vez en comicios multipartidarios, enfrentado a una mujer.
La producción analiza la democracia real y aparente y por qué los votantes no deben vender sus votos por un plato de comida.
La venta de votos es una realidad "en las zonas afectadas por el hambre", explicó Muthoni Kamau, presidente en ejercicio de la organización Liberen a los Prisioneros Políticos (RPP) y actor en "Kanzala" y "Antes de la Tormenta".
"Antes de la Tormenta" intenta despertar la conciencia política del elector común y toca asuntos cotidianos del país, como los incendios intencionales, la delincuencia, las organizaciones políticas criminales y el renacimiento de los cultos religiosos.
"La obra trata del valor práctico de la educación cívica tanto para el partido gobernante como para la oposición", expresó Wakanyote, que integra temas trascendentes con asuntos cotidianos, lo que incrementa el atractivo de la puesta en escena.
También presenta una historia de amor entre dos jóvenes que deciden ignorar la animosidad entre sus padres, adversarios políticos.
Esa historia de amor fue introducida "para que los jóvenes puedan identificarse con la obra y tomar decisiones en caso de encontrarse en situaciones similares", señaló Wakanyote.
La escenografía es austera en las dos obras, porque se trata de espectáculos "diseñados para representarse en el camino y con facilidad en cualquier plaza", explicó Kibwana.
"El escenario está casi vacío, pero lo importante radica en el mensaje que contienen" las obras, dijo Sarah Amarabu, que presenció las dos piezas.
Los organizadores llevaron su espectáculo a varias localidades, aunque con la oposición del presidente Daniel Arap Moi, que insiste en que a los kenianos no les hace falta educación cívica.
En ocasiones, los partidarios de Moi interrumpieron las representaciones y autoridades del gobierno retuvieron los permisos para realizarlas.
Ese mismo trato fue aplicado desde las primeras elecciones multipartidarias, en 1992, a grupos civiles y de derechos humanos que intentaban organizar talleres, reuniones y seminarios para garantizar la libertad y transparencia de las elecciones.
"El próximo lugar donde actuaremos está vigilado por las autoridades. Sería temerario de nuestra parte anunciar donde nos presentaremos en el futuro", dijo Wakatonye.
Las obras están patrocinadas por el no gubernamental Centro Internacional de Derecho e Investigación (CLARION), dedicado a la investigación social y educación para la comunidad y dirigido por Kibwana.
"Nuestras actividades educativas se basan en el principio de que una persona conciente es una persona con poder. Quienes no conocen sus derechos no pueden exigir que se los respete y el conocimiento de los derechos es requisito del verdadero desarrollo", observó Kibwana. (FIN/IPS/tra-en/pn/jm/aq-ff/cr/97