Los 600.000 kilómetros cuadrados de arrecifes de coral del planeta, en gran parte ocultos bajo la superficie de los mares tropicales y subtropicales del mundo, están siendo destruidos a un ritmo alarmante, según un grupo ambiental internacional con sede en esta capital.
El grupo Planeta 21 publicó en su edición de mayo de "People and the Planet" (La gente y el planeta), un informe de 35 páginas como contribución al Año Internacional del Arrecife, establecido con la meta de erradicar la destrucción de los recursos coralinos.
En el informe, el experto en arrecifres de coral Clive Wilkinson advirtió que 70 por ciento de los corales vivientes se perderá en los próximos 40 años si no se hace nada para administrarlos y preservarlos.
El biólogo marino estadounidense Robert Johannes dijo que "se trata de un asesinato ambiental, y nadie está haciendo nada al respecto".
Según el informe, sólo en un área, alrededor de Filipinas, más de 6.000 buceadores arrojan cada año unos 150.000 kilogramos de veneno, el cual se disuelve en unos 33 millones de cabezas de coral.
La pesca de peces coralinos para las mesas de Hong Kong y Taiwan vale casi un millón de dólares, y mucho más el comercio de peces decorativos para acuarios de todo el mundo.
Estos peces pueden liberar veneno de sus sistemas una vez atrapados, y a consecuencia las profusas ciudades de coral, llenas de vida aún más rica en su diversidad que las selvas tropicales, quedan arrasadas y muertas, dijo John Rawley, de Planeta 21.
Los arrecifes de coral son, entre las maravillas biológicas, las comunidades vivientes más antiguas de plantas y animales en la Tierra, y evolucionaron en un período de entre 200 y 450 millones de años atrás.
Actualmente, los arrecifes más establecidos tienen entre 5.000 y 10.000 años, muchos forman finas capas sobre estructuras más viejas y gruesas.
El informe señala que la guerra contra el coral tiene por armas no sólo el veneno, sino también la dinaminta, las finas redes de pesca, el sedimento proveniente de millones de sitios de construcción, el saneamiento y la basura de ciudades y hoteles costeros e industrias contaminantes.
Además, influyen la tala de madera y agricultura junto a ríos que desembocan cerca de los arrecifes, los cruceros, las anclas de los botes de pesca y la ruptura del coral para ser utilizado en la construcción.
El problema se agrava por el hecho de que un creciente número de pescadores de subsistencia sienten que no tienen forma de evitar legar un futuro sombrío a sus hijos, dado los métodos ilegales de pesca tras años de sobreexplotación y competencia intensa y no regulada de ávidas flotas de pesqueros.
No obstante, el experto en arrecifes Don Hinrichsen dijo en "People and the Planet" que hay ahora muchos ejemplos de acciones locales, como en Filipinas y otros sitios, para defender los recursos coralinos y volver a los arrecifes a la vida.
En Belice, por ejemplo, planes de gestión costera se basan en la exitosa experiencia del Parque Marino Gran Barrera de Coral de Australia, que cubre un área de más de 35.000 kilómetros cuadrados, más grande que la extensión de Gran Bretaña.
En Sri Lanka, Planeta 21 informa que la minería del coral para la extracción de piedra caliza fue detenida por ambientalistas locales, y en la región de Tanga, en el este de Africa, la pesca con dinamita ha sido casi completamente silenciada por esfuerzos conjuntos de activistas locales y la Unión Conservacionista Mundial (IUCN).
La minería del coral, que tuvo lugar en partes de Sri Lanka desde hace 400 años, ha sido un gran problema para la agencia nacional de gestión costera desde su creación en 1978.
El coral es la principal fuente de piedra caliza de la industria de la construcción de Sri Lanka, aportando aproximadamente 90 por ciento de la piedra utilizada.
Para erradicar el pillaje mundial, el Banco Mundial se sumó al esfuerzo de salvar "los bosques tropicales del mar" con proyectos por unos 250 millones de dólares en Jordania, Egipto, Seychelles, Indonesia, Madagascar y Tailandia.
El Banco Mundial, en asociación con los proyectos de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD) y para el Medio Ambiente (PNUMA), está llevando a cabo un programa de acción conjunto para el Mar Rojo y el Golfo de Aden, con apoyo del Fondo Mundial de Medio Ambiente (GEF).
"En celebración de 1997 como Año Internacional del Arrecife, el Banco Mundial planifica coauspiciar un evento en su Conferencia Ambiental sobre Desarrollo Sostenible anual, subrayando la importancia de los arrecifes de coral.
Además, la institución urgirá a tomar medidas inmediatas para detener su destrucción y conservar estos ecosistemas únicos, esenciales para el sostenimiento de la vida y estilos de vida humana en todo el planeta, dijo Marea Hatziolos, especialista de Recursos Costeros y Marinos del Banco Mundial. (FIN/IPS/tra-en/mn/lp/en/97