La reducción de los fondos internacionales para investigación agrícola aflige a un importante instituto de esa área en esta ciudad del sur de India, que ayudó a combatir el hambre en las naciones más pobres de Asia y Africa.
El Instituto Internacional de Investigación Agrícola para Zonas Tropicales Semiáridas (ICRISAT), de 25 años de antigüedad, está recortando personal y actividades de investigación debido a la reducción de la ayuda de los donantes occidentales a la cadena mundial de laboratorios agrícolas de la que forma parte.
El instituto de Hyderabad, una de las 16 instituciones de investigación agrícola que integran el CGIAR (Grupo de Consulta para la Investigación Agrícola Internacional), adoptó el año pasado un plan reducido a mediano plazo, con menor número de trabajadores.
Los científicos veteranos del laboratorio esperan que estas medidas "permitan a ICRISAT sobrevivir hasta que los fondos comiencen a fluir nuevamente".
Algunos expertos del instituto señalaron que una forma de superar la crisis financiera consistiría en que los países en desarrollo aumenten su ayuda a ICRISAT de una manera modesta.
Actualmente, las naciones pobres contribuyen con menos de tres por ciento del presupuesto anual del instituto, de 26 millones de dólares, financiado en su mayor parte por países industrializados, el Banco Mundial y agencias de desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas.
Establecido en 1972 con el fin de crear cultivos para áreas tropicales semiáridas, que incluyen una gran parte de Africa, la mayor parte de India y pequeñas zonas de Asia y América Latina, ICRISAT trabaja para los agricultores más pobres del mundo.
La mayoría de las 48 naciones de la región tropical semiárida se encuentran entre las clasificadas por el Banco Mundial como "países menos desarrollados".
Muchos de esos países se encuentran en Africa, y a diferencia de los asiáticos, carecen de sistemas propios de investigación agrícola y dependen totalmente de los conocimientos que le brindan instituciones internacionales como el ICRISAT.
ICRISAT elaboró a través de los años variedades de sorgo, mijo, garbanzo, arveja y cacahuete, especialmente para agricultores de Africa occidental.
El sorgo y el mijo representan en conjunto más de la mitad de la cosecha de cereal de Africa occidental, dos tercios de todas las calorías consumidas en Níger, casi la mitad en Mali y más de la mitad en Burkina Faso.
Se estima que más de 500 millones de personas dependen de estos dos cultivos. En las aldeas de los estados indios de Karnataka y Maharashtra, ambos cereales representan más de 40 por ciento de los alimentos consumidos.
Sin embargo, el sorgo y el mijo son "cultivos huérfanos", porque son marginados por la investigación agrícola privada. Fueron las investigaciones de ICRISAT las que aseguraron un suministro constante de ambos cereales a los pobres de Africa y Asia.
Hasta ahora, el instituto lanzó 367 variedades de cultivos propios de tierras áridas, la mayor parte en esta década.
En el estado de Maharashtra se adoptan más de 90 por ciento de las plantas de ICRISAT, casi 100 por ciento en Gujarat y 77 por ciento en Tamil Nadu. Más de 70 por ciento de las variedades de sorgo mejoradas por el instituto fueron adoptadas en Zambia. (FIN/IPS/tra-en/gb/mu/ml/dv/97