El crecimiento económico se aceleró durante 1996, tras una caída el año anterior, y las perspectivas de un crecimiento continuado en el mediano plazo son en general favorables, anunció hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El informe bianual "Perspectivas Económicas Mundiales" presenta la globalización -o integración de las economías mediante el comercio y la inversión-, y las innovaciones tecnológicas como motores del cambio económico, el cual en general implicó "progreso".
No obstante, admitió Michael Mussa, director del departamento de investigación del FMI, "gran parte del mundo en desarrollo (…) aún no experimentó los beneficios de la globalización", y en el proceso del cambio económico "habrá perdedores de corto plazo".
Chile, Malasia y países similares figuran como naciones en desarrollo que hicieron avances hacia la integración al sistema económico y financiero mundial.
Les siguen mercados como China, Tailandia e Indonesia, los cuales "necesitan seguir liberalizando el producto, el trabajo y los mercados financieros".
Gran parte de América Latina y Medio Oriente, así como el sur de Asia perdieron terreno en relación a las economías avanzadas y necesitan cubrir las carencias en algunas áreas críticas, incluyendo inestabilidad, atrasos en la liberalización y mejor gestión gubernamental.
Pero algunos de los países más pobres, especialmente en Africa, quedaron atrás en términos relativos y también absolutos.
No obstante, un alto rendimiento económico en Africa, América Latina y Medio Oriente permitió una "caída moderada", elevando el crecimiento en el mundo en desarrollo a 6,5 por ciento, a partir de 6,0 por ciento en 1995.
Entre los perdedores de "corto plazo" a los que se refirió Mussa, se encuentran trabajadores en países desindustrializados, o con una caída de las industrias de manufactura.
Aunque esto sucede en los países industriales en las últimas décadas, recién comienza a presentarse en "economías de reciente industrialización" como Hong Kong y Taiwan.
El FMI considera al cambio tecnológico, y no la creciente competencia internacional, como la causa principal de la caída del empleo y los salarios en muchos países.
Los flujos de capital a los mercados emergentes, o las economías de mayor crecimiento del mundo, seguirán siendo "sustanciales", sostiene el FMI, aunque se cuestiona si mantendrán los niveles sin precedentes del año pasado.
El acelerado crecimiento de la inversión en los mercados emergentes ha sido sostenido por bajos índices de interés en países industriales. Pero la Reserva Federal de Estados Unidos, o banco central, comenzó a incrementar las tasas de interés de corto plazo para mantener baja la inflación.
La Reserva pronostica el mantenimiento de esta tendencia en Estados Unidos y Gran Bretaña en lo que resta de 1997, y medidas similares podrían registrarse en Europa y Japón en los próximos dos y tres años.
Esto reduciría la inversión en mercados emergentes, disminuyendo los flujos de capital, elevando las tasas de interés pagadas por los beneficiarios, o ambos, dijo Mussa.
Esto no contradice pronósitcos privados. El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), con sede en Washington, representante de 250 instituciones financieras del sector privado, prevé una leve caída en los flujos, a 249.000 millones de dólares este año, a partir de 255.400 millones en 1996.
Las cifras siguen a incrementos de 35 y 26 por ciento en 1995 y 1996, respectivamente.
Esta caída podría resultar positiva, señala el FMI, advirtiendo que los préstamos privados a esos países en particular comenzaron a deteriorarse en calidad tras cuantuplicarse el año pasado.
Un número sin precendentes de bonos y otras formas de préstamos privados no bancarios constituyeron 67.900 millones de dólares de los flujos de 1996.
Contra este panorama alentador, el FMI señala que "frágiles sistemas bancarios son preocupantes en un amplio espectro de países", y subraya la necesidad de reformas y mejoras en la calidad de estos servicios, para evitar crisis.
La supervisión financiera es una gran preocupación del FMI y sus miembros, financistas privados y analistas, especialmente desde que falló en precedir la crisis del peso mexicano, que comenzó a fines de 1994.
El FMI estima que la economía mexicana continuará expandiéndose este año, a medida que se recupera de la crisis. Sus proyecciones están basadas en expectativas del crecimiento de las exportaciones, mientras autoridades también esperan una recuperación de la demanda interna. (FIN/IPS/tra-en/aa/yjc/lp/if/97