COMUNIDAD ANDINA: La buena cara no basta para tapar el trauma

Una semana después del anunció de la salida -aún no consumada- de Perú de la Comunidad Andina, los gobiernos activos en el grupo capean el temporal con una imagen dinámica, pero el trauma es muy visible en todas sus capitales.

Todas las baterías están puestas en que la cumbre presidencial del martes próximo en Sucre, Bolivia, muestre un grupo empequeñecido, pero a cambio cohesionado, modernizado y decidido a quemar etapas en su proceso de integración y de apertura a otros bloques como el Mercado Común del Sur (Mercosur).

Mientras, con un ojo se mira hacia Lima, que formalmente no presentó la denuncia de su membresía al grupo, tal como establece el artículo 111 del Acuerdo de Cartagena, que hace 28 años dio vida al Pacto Andino, el proceso de integración más antiguo del continente, ahora eclipsado por el ímpetu del Mercosur.

"Lo mejor sería que la salida no se consumase", dicen en las capitales de Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela los miembros activos del bloque, aunque funcionarios y empresarios acotan que es "es muy improbable", porque en cinco años no se logró un acuerdo en la desgravacion comercial, detonante de la crisis.

"Los cuatro gobiernos tratan de dar una imagen de optimismo y los ministros encargados del proceso están hasta aliviados por la definición, pero en las cuatro capitales funcionarios y empresarios tenemos un gran pesar", resumió a IPS Pedro Carmona, directivo industrial venezolano muy vinculado al grupo andino.

"Todos aspiramos a que no esté totalmente cerrado este capítulo, la denuncia no se ha producido y por ello hay aún margen para la reconsideracion", añadió, confiando en que, en cualquier caso, en Sucre se mantenga la puerta abierta para Lima.

Sucre dará "el pistoletazo" para una profunda reforma modernizadora del grupo, que lo transforma en una Comunidad Andina de Naciones, establece el consejo de cancilleres, integra sus muchas entidades y organismos en un sistema y crea una secretaría general, dirigida por una figura de alto nivel.

Pero eso es ya historia dentro del bloque, se aprobó hace 13 meses y de hecho su instrumentación se demoró únicamente para presionar a Perú con una parálisis de todos los temas, hasta solventar ese "ser y no ser" de Lima, según definió esta semana el ministro venezolano de Industria y Comercio, Freddy Rojas.

El trabajo ahora es adaptar todas esas reformas a un bloque que al contrario de la corriente de grupos regionales en el Norte y el Sur del mundo sufre la merma y no el aumento de sus miembros, y también "repartirse" los despojos peruanos.

"Es contradictorio y paradójico que el bloque más antiguo de la región y el primero en el Sur en desarrollo en tener una zona de libre comercio y una unidad aduanera, se desmembre", reflexionó Carmona, quien coordinó varios años la técnica Junta del grupo y dirige ahora la asociación de industriales locales.

El bloque andino se convierte además en un caso excepcional, en el que sus miembros no están unidos geográficamente, ya que Bolivia queda aislado al sur, sin el engarce peruano, lo que también tiene implicaciones directas para el intercambio comercial con sus tres socios al norte.

La salida de Perú deja al grupo sin lo que fue su gran sede puesta por el gobierno local, que ahora iba a ser rebautizada como Secretaría General, donde llegaron a trabajar 450 personas, y ahora hay cerca de 133 (110 peruanas), desempleadas en un plazo de entre dos meses y un año, según se calcula.

Los cuatro socios quieren esa Secretaría, porque genera ingresos, empleo y pone al país como centro de numerosas reuniones subregionales y de mayor alcance, pero Caracas y Quito tienen el problema de ser sede de los importantes brazos financiero y jurídico del grupo.

La Paz, que sufre el doble trauma de que se fue su principal socio andino y quedó desmembrado geográficamente del grupo, tiene por este último motivo un handicap objetivo para ser sede, por lo que pareciera que Bogotá, donde hay sólo organismos menores del grupo, sería la que mejor opción tendría.

"La sede se subastará al mejor postor", resumió un diplomático andino en Caracas.

"Al gobierno de Alberto Fujimori el inmediatismo le impide tener una visión de largo plazo", subrayó Carmona, para quien el origen del problema está en un desentendimiento geopolítico e ideológico importante de Lima de por dónde transita América Latina, adentránsose en un aislacionismo contracorriente.

Consideró un error que Perú crea 21 años después que se puede emular con éxito a Chile, al que el dictador Augusto Pinochet retiró en octubre de 1976 del grupo andino para acelerar la apertura a las importaciones y las inversiones, pero está ahora en un proceso de integracion comercial con el Mercosur.

Carmona dijo que comprendía el agotamiento de los demás socios por una situación que se arrastraba desde que en agosto de 1992 Perú obtuvo permiso temporal para no sumarse a la zona de libre comercio y a la unidad aduanera del grupo, en pleno vigor desde 1993 y 1992, respectivamente.

Pero dio a entender que quizás hubiera sido posible alguna solución imaginativa para mantener a Perú dentro del grupo, en un plano excepcional, si bien Lima exhibió una gran intransigencia al negarse a hacer un solo gesto que mostrara su voluntad de incorporarse a la zona de libre comercio, como se le pedía.

Como consecuencias negativas directas para los cinco países, Carmona citó que las inversiones y el impulso comercial de todos será afectado, porque ya no tienen el mismo atractivo ni potencial. "Todos nos volvimos menos atractivos", explicó.

Además, cuando venzan los acuerdos de preferencias especiales con la sombrilla colectiva andina, con que se protegieron las corrientes comerciales entre Lima y los otros cuatro miembros, habrá que renegociar todo ésto bajo fórmulas diferentes, lo que impactará el intercambio general.

Al hablar de eventuales beneficios, Carmona desestimó que incluso la renovada cohesión y voluntad de avance de los que quedan pueda ser vista positivamente.

"Pros no hay ninguno, para ningún país, que requieren por igual del trampolín andino para tener mejores condiciones en un regionalismo abierto y en particular sudamericano, y para participar en la ineludible globalización", concluyó. (FIN/IPS/eg/dg/if/97

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