Las economías de rápido crecimiento del sudeste de Asia participan cada vez más en el presupuesto de asistencia a los países más pobres del continente a medida que los tradicionales donantes de Occidente recortan sus aportes.
Otrora receptores de ayuda, países como Corea del Sur o Taiwan han comprometido una mayor contribución al Fondo de Desarrollo Asiático (ADF), rama del Banco de Desarrollo Asiático (AsDB) a cargo de créditos blandos para los países más pobres.
Malasia y Tailandia, ambos países de rápido crecimiento que aún reciben asistencia del exterior, también prometieron, por primera vez, contribuciones al ADF.
En los 24 años de historia, el grueso de los recursos del ADF, creado con un presunto caracter "asiático", ha procedido de fuera de la región de Asia y el Pacífico. Hoy, los fondos de ese origen suman más de la mitad.
El menguante respaldo político y financiero de los donantes tradicionales fuera de Asia, que insisten en que los países más ricos del continente deben tener una participación mayor en la materia, llevó al fondo al borde del colapso.
Tras un año de conversaciones y seis reuniones, el banco y sus donantes acordaron en enero el sexto reaprovisionamiento de fondos al ADF, que supondrá el vertido de 6.300 millones de dólares entre 1997 y el 2000, algo más de los 6.000 millones pactados para el quinto.
El acuerdo de enero "incluye el aumento sustancial de la participación de los países miembros del banco de mayor ingreso", dijo Christopher MacCormac, de la División de Políticas Financieras del AsDB.
Pero los aportes de nuevos donantes cayeron de 4.200 millones de dólares registrados en el anterior reaprovisionamiento a 2.610 millones. Del mismo modo, lo recaudado de fuentes no donantes (como los reflujos de préstamos pasados) se duplicaron a 3.300 millones en el último paquete.
Esto indica que aun entre las economías de rápido crecimiento del sudeste de Asia, conocidos como los "tigres", el clima para la asistencia al desarrollo es difícil.
Los tigres pudieron ir al rescate esta vez, pero el ADF todavía deberá afrontar períodos más difíciles, mientras los países más pobres de Asia, al parecer, tendrán más obstáculos para acceder a los fondos en el largo plazo.
Los donantes tradicionales dejaron claro que darán aun menos en el futuro, pues pretenden que los países que solicitan los préstamos, los más necesitados de Asia, tiendan de forma gradual a operar con la banca comercial, y que el ADF sea autosuficiente en el futuro.
Las contribuciones anteriores de los países de mayor ingreso del continente al fondo habían sido menores. Esa es la primera vez, además, que conciertan sus aportes.
Los cuatro tigres asiáticos de mayor ingreso sumaron contribuciones por 83 millones de dólares, 3,2 por ciento del total de las comprometidas por todos los donantes para el actual reaprovisionamiento.
Estos aportes sumados a los de otros países de la región de Asia y el Pacífico, como Australia, Japón y Nueva Zelanda, representan casi la mitad de todos los fondos comprometidos.
Los préstamos del ADF, agencia del AsDB que, a su vez, es la contraparte asiática de la Agencia de Desarrollo Internacional (IDA) del Banco Mundial, están a disposición de los países más pobres del continente, como Mongolia, Nepal y Kazajstán.
Libres de intereses, son pagaderos a entre 35 y 40 años con un servicio de pago de uno por ciento anual.
Los préstamos concedidos por el ADF en 1996 sumaron 1.660 millones de dólares, casi la mitad de los préstamos del AsDB, que ascendieron a 3.880 millones. Los principales beneficiados fueron el año pasado Pakistán, Bangladesh y Sri Lanka.
Las contribuciones de Hong Kong, Corea del Sur, Taiwan e Indonesia a anteriores reaprovisionamientos sumaron menos de 50 millones de dólares, apenas la tercera parte de uno por ciento de los fondos.
Esta vez, la solidaridad y los intereses comerciales motivaron a los países ricos del continente a aportar más ayuda financiera. Algunos de ellos, incluso, han diseñado esquemas de asistencia al desarrollo dirigidos al extranjero.
Corea del Sur, que se unió a la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE), que reúne a los países más industrializados del mundo, aumentó su contribución al ADF de 15 millones de dólares en el anterior reaprovisionamiento a más de 54 millones para el acordado en enero.
Hong Kong e Indonesia confirmarán en breve sus compromisos en tal sentido, informó el AsDB. Singapur, por su parte, fijó como prioridad otros tipos de ayuda, por lo que contribuirá al Fondo Especial de Asistencia Técnica del banco.
Pero la transfusión de fondos asiáticos no acaba con las cuitas del ADF, a pesar de que su participación fue clave para asegurar la permanencia del respaldo de donantes occidentales, como Estados Unidos. (FIN/IPS/tra-en/js/ral/mj/dv if/97