SIERRA LEONE: Rebeldes secuestran a enviados de paz

El secuestro de dos enviados de paz el fin de semana en la zona controlada por los rebeldes de Sierra Leona, en la frontera con Guinea, impone un nuevo obstáculo en el accidentado camino hacia la paz en el país africano.

El secuestro fue anunciado por la Comisión para la Consolidación de la Paz (CCP), que supervisa el proceso de paz iniciado en noviembre de 1996, cuando el gobierno y el insurgente Frente Revolucionario Unido (RUF) firmaron un acuerdo de paz.

La CCP "considera el secuestro de Messrs Faya Musa e Ibrahim Deen Jalloh totalmente inaceptable y perjudicial para el proceso de paz", declaró la comisión en una declaración difundida la noche del domingo a través de las emisoras estatales de radio y televisión.

"Los secuestradores son elementos mal aconsejados del RUF. La CCP les llama a liberarlos inmediatamente", agregó la comisión.

Los dos enviados, que se encontraban en una misión oficial de consultas con integrantes del RUF en Sierra Leona, Costa de Marfil y Guinea, fueron capturados apenas pusieron pie en territorio controlado por la guerrilla.

El gobierno de Sierra Leona no reaccionó de inmediato, pero los funcionarios atribuyeron la acción a las divisiones internas que sufre el grupo insurgente.

Hace tres semanas, una facción disidente del RUF anunció el derrocamiento del líder rebelde, Foday Sankoh. Los enviados de paz habrían pertenecido al grupo que pretendío desembarazarse de Sankoh.

Al mismo tiempo, se corrió el rumor, luego desmentido, de que el líder rebelde había sido arrestado en Nigeria, hacia donde se había dirigido desde su comando en Abidjan a principios de marzo, por posesión de armas.

"Los secuestros no son una estrategia nueva para el RUF. Siempre recurren a ellos cuando sus tácticas no funcionan", comentó George Taylor-Kamara, analista político de la Universidad de Sierra Leona.

"Es obvio que los leales a Sankoh están jugando a la venganza. Podrían, incluso, reclamar la liberación de Sankoh para negociar la de los enviados de paz", sostuvo el funcionario estatal Thomas Deen.

Pero Sankoh desmintió este fin de semana su arresto y su derrocamiento en declaraciones a la cadena británica de radio BBC. "Soy un hombre libre en Lagos. Puedo ir a donde quiera y tengo al RUF bajo mi total control", declaró.

"Ibrahim Deen Jalloh, Philip Palmer y Fayia Musa son traidores. Traicionaron al RUF", agregó Sankoh. Palmer es, según versiones coincidentes, el líder de su presunto derrocamiento.

Los acontecimientos parecen indicar que los leales a Sankoh gobiernan el grupo con mano dura y que la facción disidente, que mostró una inclinación mayor a colaborar con el proceso de paz, no cuenta con respaldo dentro del RUF.

Los ataques registrados la semana pasada en el norte del país parecen haber sido realizados por hombres de Sankoh. En una de las emboscadas, rebeldes mataron a tres civiles e incendiaron un tanque de combustible.

Los sobrevivientes informaron que los insurgentes dijeron actuar en represalia por el "arresto" de Sankoh en Nigeria.

También se informó que cunde el resentimiento entre los hambrientos combatientes ante las versiones de que los disidentes gozaban de la generosidad del gobierno.

Pero en Freetown se duda de la representatividad de los disidentes, pues no eligieron a ningún dirigente en sustitución de Sankoh.

El proceso de paz ya había sufrido obstáculos por el retrados del RUF en cumplir su compromiso de desmovilización. Muchos de los combatientes no se acercaron a los campos instalados con ese objetivo.

Los secuestros, el ritmo lento de la desmovilización y los choques entre el RUF y milicias progubernamentales ponen en peligro la normalización de Sierra Leona, destruida por una guerra civil en la que murieron más de 10.000 personas desde marzo de 1991. (FIN/IPS/tra-en/lf/kb/mj/ip/97

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