ARGENTINA: Todos los escándalos conducen a Yabrán

Casi no hay asunto político o económico de relieve en Argentina que no esté atravesado por el nombre de Alfredo Yabrán, un empresario que interviene en múltiples actividades y acusado por el ex ministro de Economía Domingo Cavallo de haberlo forzado a renunciar.

El asesonato de un periodista en enero, el atentado contra una mutual judía en 1994, la proyectada privatización del correo, la privatización de aeropuertos, la licitación para confeccionar documentos de identidad, pasaportes y padrones electorales más los controles fronterizos, todo remite a Yabrán.

A pesar de detestar las apariciones públicas, el empresario ganó fama en 1995, cuando el entonces ministro Cavallo lo acusó ante el Parlamento de evadir impuestos, de pretender monopolizar el servicio del correo, de recurrir a testaferros para intervenir en otros negocios, y, lo mas polémico, de "liderar una mafia".

Según una encuesta publicada esta semana por la revista empresarial Imagen, 93,3 por ciento de los entrevistados cree que "hay mafias en Argentina" y uno de cada tres ubica a Yabrán en el papel de jefe de esa presunta organización ilegal.

El empresario se defiende asegurando que es un hombre "exitoso" más que poderoso. Niega ser el dueño de todas las empresas que se le adjudican como propias, y admite tener conexiones con altos funcionarios del gobierno, al igual que otros empresarios.

Esta semana, Cavallo acusó al gobierno de estar "asociado" con Yabrán en una estrategia para limpiar su imagen ante la opinión pública apareciendo en medios periodísticos.

Pero en la noche de este miércoles, en un programa periodístico de televisión, el ex ministro fue aún mas lejos en sus acusaciones.

El funcionario que logró estabilizar la economía argentina confesó que "si no me hubiera metido con Yabrán, seguiría siendo ministro de Economía" y aseguró que su sucesor, Roque Fernández, "tiene miedo, porque si se pone en la posición que debería asumir como ministro", podría "terminar" como él.

Cavallo fue separado del cargo por el presidente Carlos Menem a mediados de 1996, un año después de comenzada su campaña contra Yabrán y lo que él denominó como "mafias enquistadas en el poder".

Yabrán es un empresario telepostal, pero según demostraron diversos funcionarios, miembros de su familia forman parte de directorios de otras empresas vinculadas a aeropuertos.

Depósitos fiscales, tiendas libres de impuestos y rampas para mover equipaje dentro del aeropuerto, todos son negocios bajo su influencia.

El Congreso deberá decidir este año la privatización de los aeropuertos -que requieren de urgentes inversiones- y el debate es la forma en que siguen funcionando esos negocios privados.

El gobierno de Menem introdujo en los contratos con las empresas de Yabrán una cláusula en la que se exige a los futuros operadores del aeropuerto que mantengan los contratos hasta 2009 o paguen una indemnización de 500 millones de dlares.

La oposición poltica en el Congreso señala que no es este el único asunto en el que existen normas a la medida de Yabrán. El parlamento deberá decidir este año la privatización del correo, un negocio en el que Yabrán compite con la empresa estatal.

Los legisladores consideran que la iniciativa del Poder Ejecutivo es "un traje a la medida de Yabrán". Como respuesta, Menem tiene a la firma un decreto que convoca a una urgente licitación para la concesión del servicio telepostal por 30 años.

Los legisladores de la oposición también creen que la postergación de la apertura de sobres con la oferta económica para la confección de pasaportes, documentos de identidad, padrones electorales y controles fronterizos, está relacionada con Yabrán.

Los diputados aseguran que en este negocio de 600 millones de dólares, Yabrán intervino con dos empresas. El negocio habilita al empresario también a controlar los permisos de portación de armas, las patentes de automóviles, la impresión de cheques y de billetes.

Yabrán tampoco está al margen de la escena política. En el caso del reportero gráfico asesinado en enero, José Luis Cabezas, personas de la custodia del empresario aparecen como sospechosas.

Cabezas fotografió a Yabrán cuando su imagen era desconocida para la opinión pública.

Entones, el empresario advirtió a los editores de la revista Noticias, donde se publicó el trabajo de Cabezas, que tomarle una foto a él era como tirarle un tiro en la frente.

Yabrán estaba en el balneario de Pinamar, a 400 kilómetros de Buenos Aires, cuando el cadáver de Cabezas apareció allí, incinerado y con un tiro en la sien, dentro de su automóvil.

Hasta ahora, la justicia no pudo aclarar la causa del crimen. Cavallo también sugirió que se investigue a Yabrán por el atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina. (FIN/IPS/mv/dg/ip/97

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