NACIONES UNIDAS: EE.UU. presiona a nuevo secretario general

Estados Unidos comenzó a presionar a Kofi Annan para que acelere el proceso de reforma de la ONU, tan sólo seis semanas después de apoyar su designación como secretario general por su "probado" compromiso con la renovación del foro mundial.

Annan, un diplomático originario de Ghana, admitió esta semana que "algunos" consideran lenta la marcha de la reforma, reclamada especialmente por Washington para mejorar la eficiencia de la ONU (Organización de Naciones Unidas) y abatir su presupuesto.

También comentó irónicamente a la prensa que se ha disculpado ante el Consejo de Seguridad de la ONU "por no haber finalizado el proceso de reformas en cinco semanas", el tiempo que llevaba en ese momento como secretario general.

El diario The New York Times se refirió al "cauteloso estilo de Kofi Annan" y Estados Unidos, aunque públicamente mantiene buenas relaciones con la ONU desde el nombramiento del nuevo secretario general, cuestiona el desempeño de éste en materia de reformas.

Washington arguye que Annan despidió a muy pocos entre los funcionarios que restan del equipo del anterior secretario general, Boutros Boutros-Ghali, cuya reelección Estados Unidos vetó por considerar que conducía la reforma con excesiva lentitud.

También insta a Annan a fusionar o suprimir varias agencias de las áreas social y económica de la ONU, por entender que superponen sus funciones.

Aún las medidas efectivamente dispuestas por Annan disgustan a Washington. Por ejemplo, la designación del empresario canadiense Maurice Strong como supervisor del proceso de reformas. "¿Por qué se eligió a Strong?", se preguntó esta semana un alto funcionario estadounidense en The New York Times.

Annan defiende sus decisiones, entre las que se cuenta el nombramiento de 19 funcionarios. Como su predecesor, el nuevo secretario general se ha pronunciado en apoyo del personal de la ONU, cuando los políticos estadounidenses exigen reducirlo.

"No coincido con quienes suponen que el personal preexistente no puede ser eficaz", dijo Annan el jueves. Pero también anunció nuevos cambios para julio, y fuentes de la ONU aseguraron que serán despedidos algunos miembros de la vieja guardia.

Annan también creó un gabinete de hecho, el Grupo de Coordinación Política, que sesiona cada 15 días con la finalidad de eliminar la superposición de funciones entre distintas agencias.

Así mismo, pidió a todos los departamentos del secretariado general en Nueva York buscar vías de simplificación del trabajo y de eliminación de costos, y limitó de 24 a 16 páginas los documentos del Consejo de Seguridad y de 32 a 24 los de la Asamblea General, para ahorrar papel.

Por último, un comité de inspección encabezado por el vicesecretario general Karl Theodor Paschke divulgó esta semana un informe descalificador sobre el tribunal internacional creado por la ONU para juzgar los crímenes de guerra en Ruanda.

El comite de inspección aseguró que "la mala administración prevalece en casi todas las secciones del tribunal", y que varios altos funcionarios, entre ellos el fiscal Honore Rakotomanana, que será sustituido, carecen de cualificación básica para desempeñar sus funciones.

El nuevo secretario general ha demostrado firmeza al cuestionar el atraso de los pagos de Estados Unidos, que debe a la ONU 1.300 millones de dólares.

"Coincido plenamente con Boutros-Ghali en que la falta de pagos obstaculiza la reforma, que no puede realizarse con escasez de medios financieros", declaró Annan.

La ONU debió mantener el año último en su puesto a 40 funcionarios por no disponer de recursos para pagarles las prestaciones de despido convenidas.

Annan también exhortó a Estados Unidos a comprender que, si bien se trata del principal contribuyente de la ONU, a la que aporta 25 por ciento de sus fondos presupuestales, no puede determinar por sí solo el alcance de la reforma.

Otros países, entre los 185 que conforman la ONU, también desean influir en el proceso en marcha.

Así mismo, el secretario general intenta tranquilizar a naciones en desarrollo inquietas ante la eventualidad de que Estados Unidos logre eliminar gran parte del área económica de la ONU para delegar esas atribuciones al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional.

"El papel de la ONU en asuntos económicos y sociales no debe ser reducido", dijo Annan, y defendió la ayuda financiera del foro mundial al desarrollo, que suma cinco millones de dólares por año y es destinada especialmente a Africa y a otras regiones pobres..

Pero la presión irá probablemente en aumento. El senador derechista Jesse Helms condicionó la autorización del Congreso al pago de la deuda de Estados Unidos a la determinación de plazos en la ONU para el proceso de reforma.

"Ningún estado miembro debería imponer condiciones" antes de pagar sus deudas, replicó Annan. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/ff/ip/97

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