A un año de estar presa por matar a quien pretendía violarla, la mexicana Claudia Rodríguez fue declarada inocente del cargo de homicidio. Grupos de mujeres, que llevaron el caso hasta la presidencia, celebraron el fallo, pero prometieron no descansar hasta que Claudia sea liberada.
"De haber sabido todo lo que iba a pasarme, me hubiera dejado violar", señaló la detenida, una mujer de 29 años y madre de cuatro hijos, cuyo viacrucis legal y drama personal movilizó a las organizaciones femeninas y puso en el banquillo a jueces acusados de discrinación sexual.
Claudia logró evitar al disparar a su agresor ser una más de las 1.300 mujeres que cada año son violadas en la capital mexicana. Lo que no consiguió ella ni sus abogados fue desmostrar que su reacción fue en legítima defensa.
La acusada, presa bajo la acusación de asesinato, actuó legalmente, dicen las organizaciones mujeres. Hubo exceso, sostienen a su vez los fiscales, quienes piden al juez que mantenga detenida a Claudia por ser un "peligro para la sociedad'.
La justicia dará su fallo definitivo en dos semanas.
Por lo pronto el cargo de homicidio fue anulado este viernes, ahora falta desmostrar que no hubo exceso de legítima defensa, señaló la diputada del opositor Partido de la Revolución Democrática, Ana Lilia Cepeda.
Transformado en una de las banderas de las organizaciones femeninas, el caso de Claudia fue llevada a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y presentada incluso al presidente Ernesto Zedillo y a las oficinas encargadas de las políticas oficiales hacia la mujer.
El pasado jueves, con la presencia de delegadas de la Red Europea de Mujeres Feministas Autónomas, mujeres mexicanas se mantuvieron dentro de una jaula de metal, instalada frente al edificio de la secretaría de Gobernación (Interior), en protesta por las supuestas injusticias cometidas contra Claudia.
Al momento de la detención el juez desechó el argumento de legítima defensa presentado por Claudia. Luego negó otros pedidos posteriores de liberación.
Según los abogados de la detenida, quienes compararon el caso de Claudia con otros de legítima defensa que tuvieron a hombres como protagonistas, los jueces actuaron con prejucio sexual y discriminación.
El 3 de febrero de 1996, Claudia se presentó ante la policía golpeada y con su ropa sucia y desgarrada a reportar su caso. Luego de ser interrogada fue detenida y tratada como una asesina.
La mujer, que en el último año bajó hasta dos tallas de ropa y e incluso trató de suicidarse, disparó una arma de bajo calibre contra Juan Cabrera, quien trató de abusar sexualmente de ella en los alrededores de una estación de transportes en la capital, según dijo.
Los fiscales sostienen que Claudia provocó a su supuesto agresor, quien estaba ebrio, y luego lo golpeó y mató de un disparo.
Patricia Mercado, del no gubernamental Grupo de Información de Reproducción Familiar, indicó que cuando Caludia pidió ser liberada, "el juez cuestionó a la víctima si merecía o no ser violada".
Para Patricia Olamendi, jefa de la Dirección de Atención a las Víctimas del Delito en la Policía Judicial, es claro que existen diferencias en el trato que da la justicia a la mujer.
"Es fácil creer y comprobar que un hombre actuó en legítima defensa, pero cuando se trata de una mujer la aplicación de la justicia se da de distinta forma", sostuvo Olamendi.
Alrededor de 50 organizaciones de mujeres se solidarizaron con el caso de Claudia y desde hace cuatro meses recogen dinero para apoyar sus defensa.
"No justifico el asesinato, pero en el caso de Rodríguez, quien mató a un hombre que intento violarla, yo también agarro una pistota y me lo trueno', dijo la actriz mexicana María Félix.
Según datos oficiales, cada seis horas un persona es víctima de una violación en la capital mexicana. Se calcula que más de la mitad de la mujeres ultrajadas no denuncia el hecho. (FIN/IPS/dc/dg/pr-hd/97
