El Frente Unido (FU), coalición de gobierno en India, esgrime las últimas revelaciones sobre una escandalosa compra de armas en 1986 para conservar el apoyo del entonces gobernante Partido del Congreso.
Una estafa de 18 millones de dólares en la compra de obuses a una empresa de Suecia, que fue aprovechada por los enemigos del Partido del Congreso para expulsarlo del poder en 1989. se convirtió ahora en el seguro de supervivencia del FU.
Los investigadores del caso revelaron este martes las identidades de cinco receptores de comisiones de la fábrica de armas sueca AB Bofors, información de la que disponían hace casi un mes.
Los nombres figuraban en un documento procedente de un banco suizo y entregadas por las autoridades en Berna a la Oficina Central de Investigaciones de India (OCI), siete años después de que Nueva Delhi reclamó el levantamiento del secreto bancario que protegía las cuentas que recibieron los pagos de Bofors.
La OCI pudo obtener el documento de 500 páginas tras una prolongada batalla legal ante una corte suiza, que en noviembre rechazó, finalmente, las peticiones para bloquear la transferencia de esos papeles.
Otros documentos relacionados con la estafa de Bofors serán entregados a la OCI cuando concluyan las formalidades legales exigidas por el gobierno de Suiza.
La información divulgada este martes apenas confirmaron los rumores que circularon durante siete años.
Dos de los favorecidos por las comisiones fueron el ciudadano indio Win Chaddha, quien reside en el extranjero, y el empresario italiano Ottavio Quattrocchi, un íntimo amigo de la familia del asesinado primer ministro Rajiv Gandhi, cuyo gobierno selló la compra de los obuses en 1986.
Para los observadores del complejo panorama político indio, este no es el fin sino el principio del escándalo de Bofors.
Rajiv Gandhi fue, según varias versiones, uno de los receptores del dinero, y sus enemigos políticos esgrimieron el caso en las elecciones generales de 1989 para expulsarlo del gobierno.
El Partido del Congreso salió nuevamente a la defensa de la memoria de su ex líder y de su esposa italiana, Sonia, luego que los documentos suizos llegaron a Nueva Delhi.
"Ninguno de los cinco nombres revelados por la OCI tienen conexión con el partido", dijo el portavoz del grupo, V. N. Gadgil. Pero la presencia de Quattrocchi en la lista es, al menos, embarazosa.
El empresario, quien representó a la transnacional italiana Snam Progetti en India, abandonó el país asiático repentinamente en junio de 1993. Poco después, una corte suiza lo mencionó entre las siete personas que intentaban bloquear judicialmente la información requerida por Nueva Delhi a Berna.
Su vinculación con la familia Gandhi permitió a los enemigos del Partido del Congreso reanimar las acusaciones, pues, según ellos, Quattrocchi actuó como testaferro del primer ministro.
El actual primer ministro, H. D. Deve Gowda, tardó un mes en revelar los nombres de los que ya disponía porque depende del Partido del Congreso para su supervivencia política.
"Ustedes esperaron 10 años. ¿Podrían esperar un poco más?", replicó Gowda a los periodistas hace pocos días, cuando le reclamaron que difundiera las identidades de los receptores de comisiones.
El ex comandante del ejército K. Sundarji acusó en una entrevista televisiva al gobierno de Gandhi de "encubrimiento" para "salvar el pellejo de una persona" cuando estalló el escándalo Bofors.
Los nombres fueron publicitados, supuestamente, por presión del propio Partido del Congreso, que no quiso dar al FU la oportunidad de chantajearlo.
Altos dirigentes del Partido del Congreso reclamaron que el caso se esclarezca de una vez por todas, pues temen que se use este episodio de corrupción en su contra. Pero la intención de Gowda de marcar el ritno de la información difundida alimenta esa inquietud.
El Partido del Congreso contribuyó el año pasado con sus votos en el parlamento a colocar en el gobierno al FU, una coalición de 13 partidos, para impedir el acceso al derechista hindú Bharatiya Janata (PBJ).
Sin embargo, las relaciones entre el Congreso y el FU se resintieron en los últimos meses.
La lista difundida por la OCI limpió el nombre de Rajiv Gandhi, pero la agencia se niega a revelar si los documentos que llegarán próximamente a Nueva Delhi contienen información que pueda incriminarlo.
Gowda declaró que entregará los documentos al parlamento si los legisladores lo desean. "Quisiéramos que la evidencia se hiciera pública tan pronto como sea posible, porque, de lo contrario, Gowda mantendrá la presión durante semanas", dijo un alto dirigente del Partido del Congreso. (FIN/IPS/tra- en/mu/an/mj/ip/97