AMERICA CENTRAL: Barreras comerciales comprometen integración

Las restricciones aduaneras que intentó imponer El Salvador a la importación de carne de Nicaragua, tras haber hecho lo mismo con los quesos de Panamá, ha generado una polémica sobre la futura integración regional.

Luis Barraza, ex presidente del Sindicato de Industriales de Panamá, pidió la intervención del mandatario Ernesto Pérez Balladares, para evitar que se consume la medida salvadoreña que representa pérdidas por 700.000 dólares anuales para los productores locales.

Según Barraza, las autoridades salvadoreñas "no han respetado las reglas" estipuladas en los tratados bilaterales firmados en 1972.

El gobierno salvadoreño aduce que Panamá no está respetando una disposición establecida en el tratado de 1972, según la cual los quesos deben contar al menos con 30 por ciento de materia prima centroamericana.

La posición de Barraza fue respaldada este lunes por el ministro de Desarrollo Agropecuario de Panamá, Carlos Sousa Lenox, cuando advirtió que si El Salvador no desiste de las restricciones al ingreso de quesos procedentes de este país "Panamá tendrá que imponer una reciprocidad".

El cierre definitivo de la aduana salvadoreña a los quesos de Panamá se hizo efectivo el día 15.

El intercambio comercial entre ambos países es favorable a El Salvador en unos cuatro millones de dólares anuales, según datos del Instituto Panameño de Comercio Exterior.

Una situación similar se produjo la semana pasada cuando El Salvador suspendió el ingreso libre de aranceles de las carnes enlatadas de Nicaragua, porque supuestamente no cumplen con los requisitos sanitarios establecidos en un tratado bilateral.

El diferendo fue solventado transitoriamente mediante una conversación telefónica entre los presidentes Arnoldo Alemán, de Nicaragua, y Armando Calderón Sol, de El Salvador, "pero las dificultades continúan", según indicaron los exportadores nicaragüenses.

Las restricciones al ingreso de carnes enlatadas se harían extensivas a Costa Rica y otros países de la región que actualmente comercian con El Salvador al amparo de tratados bilaterales.

La situación creada por las restricciones salvadorenas amenaza envilecer un intercambio comercial intrarregional que sobrepasa los 3.000 millones de dólares anuales, según indicó el presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales, Jorge Arriaza.

Arriaza señaló que los industriales salvadoreños saldrán perjudicados si Panamá, Nicaragua y otros países del área adoptan medidas recíprocas contra las restricciones aduaneras que está aplicando El Salvador.

Añadió que Calderón Sol debería considerar si es realista establecer medidas de protección del sector agropecuario local a cambio de arriesgar la exportación de otros productos hacia los países de la región.

Sin embargo, se mostró partidario de "renegociar" el tratado de comercio bilateral con Panamá, que aseguró no favorece a El Salvador.

A pesar de la preocupación manifiesta de Arriaga y Barraza, y de las tensiones que ha generado la medida salvadoreña en Panamá y Nicaragua, Ernesto Leal, secretario del Sistema de Integración Centroamericana (Sieca) consideró que este tipo de crisis puede seguir ocurriendo y son propias del proceso de integración.

Tras destacar que desde 1990 el comercio intrarregional creció en más de 1.000 millones de dólares, Leal dijo que las tensiones actuales no tienen por qué preocupar, sino que más bien hay que verles su aspecto positivo.

Sin embargo, la virtual pérdida del mercado salvadoreño para los quesos de Panamá y la actual amenaza de cierre a la carne enlatada de Nicaragua y Costa Rica, siembra una duda sobre el proceso de integración iniciado hace 11 años en Esquipulas, Guatemala. (FIN/IPS/sh/ag/if/97

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