Duros combates entre tropas del gobierno y fuerzas guerrilleras determinadas a desplazar al gobierno del teniente general Omar Assan al Bashir continúan hoy en la frontera de Sudán y Eritrea.
Este es el primer intento serio de los guerrilleros, agrupados bajo las fuerzas de la Alianza Democrática Nacional (NDA), de utilizar Eritrea como plataforma de lanzamiento de la lucha contra el régimen islámico de Sudán.
Los enfrentamientos se desataron la semana pasada, después que fuerzas de la NDA capturaran cinco vehículos y destruyeran un helicóptero del ejército en el área de Kotonep, cerca de Kassala, una ciudad en la frontera con Eritrea, según el comandante coronel John Garang.
Garang es el líder del Ejército Popular de Liberación de Sudán (SPLA), cuyos soldados, junto a los de seis grupos armados de oposición exiliados, forman el contingente del NDA.
En Jartúm, el presidente del parlamento, Hassan al Turabi, minimizó la situación en la frontera este, diciendo a los medios internacionales que "la frontera es demasiado remota para plantear una amenaza real a Sudán".
Las "escaramuzas" en la frontera serían manipuladas por las milicias locales allí, dijo al Turabi, quien es considerado el líder de facto de Sudán.
Desde su independencia de Gran Bretaña en 1956, Sudán ha sido gobernado por una minoría de árabes musulmanes que controla el comercio, la política y el ejército, de 118.500 efectivos.
La decisión del líder del Partido Umma (UP), Sadiq al Mahdi, de sumarse a la "frágil" alianza en la capital eritrea de Asmara en diciembre fue considerada por analistas políticos como una medida para fortalecer a las NDA.
Pero el presidente sudanés al Bashir no cree que la medida de al Mahdi no cambiará la posición de las fuerzas de la NDA en el terreno.
Al Mahdi, ex primer ministro desplazado por al Bashir en 1989, dijo que su expedición a Eritrea tuvo como objetivo fortalecer la alianza "'política y diplomáticamente".
El ex primer ministro, quien estuvo bajo arresto domiciliario en Jartúm desde 1989, viajó a El Cairo esta semana como parte de un esfuerzo diplomático por fortalecer a la oposición sudanesa en el exilio.
Al Turabi advirtió que tanto Eritrea como Etiopía debían abstenerse de asistir al movimiento de oposición. "Ambos son vulnerables. Tienen cientos de miles de refugiados en Sudán", dijo, y no entró en detalles. En conjunto, Eritrea y Etiopía tienen más de 600.000 refugiados en Sudán.
El año pasado el presidente de Eritrea, Isaiah Afewerki, acusó a Jartúm de respaldar a los militantes islámicos con el fin de destestabilizar el país, cuya población se divide en mitades de cristianos y musulmanes.
El comandante de las fuerzas de la NDA, el coronel Garang, negó afirmaciones de Jartúm según las cuales sus fuerzas operan en Eritrea, y dijo que están instaladas en "el interior de Sudán", en un área de 8.000 kilómetros cuadrados.
Garang sostuvo que el gobierno de Sudán despachó dos brigadas (de unos 1.400 hombres) para fortalecer los pueblos sitiados en la frontera con Etiopía. "No lo harán. Los destruiremos", advirtió, y dijo que las tropas del gobierno en la zona de combate habían agotado sus municiones.
Esta es la primera vez que el SPLA une fuerzas con otros grupos rebeldes en el norte, contra el enemigo común en Jartúm.
El SPLA, integrado principalmente por africanos cristianos en el sur, había sido rechazado en el norte, donde era considerado un movimiento regional. (FIN/IPS/tra-en/mn/pm/lp/ip/97