El rebelde Ejército Popular de Liberación de Sudán (SPLA) estaría reclutando niños en ciudades y aldeas para reforzar sus filas -diezmadas por la deserción de soldados que aceptan el proceso de paz-, según autoridades de la región sur.
Ramzi Mongpeing, gobernador del estado de Lago, en el sur del país, denunció este lunes que en Rumbek, la capital de su estado, son varios centenares los muchachos reclutados por la facción principal del Ejército Popular de Liberación de Sudán (SPLA), cuyo jefe es el coronel John Garang.
Ramzi afirmó ante la prensa que Garang recluta niños también en otras zonas de la región sur, controlada por los rebeldes.
"De las aldeas esparcidas por mi estado han llegado noticias, en las últimas semanas, de que las fuerzas de Garang están forzando a los niños a alistarse, para reemplazar a los numerosos soldados que han abandonado al SPLA para unirse al proceso de paz", informó el gobernador.
El surgimiento de un mundo de "niños de la calle" en Jartum – fenómeno creciente y visible de los últimos años- estaría directamente relacionado con la guerra civil y con las sequías que han azotado a Sudán en el último decenio, según un estudio realizado por el Ministerio de Planificación Social.
Diversas bandas de niños y niñas viven en las calles de la capital con la idea de que la violencia es el único pasaporte que les asegura una forma de sobrevivencia.
La necesidad de sobrevivir también les ha inducido a formar un tipo de asociación y un lenguaje propio, derivado del árabe. Por ejemplo, la palabra "worshau", que significa peligro, es usada para designar a un policía.
Para esos niños y muchachos, la única autoridad, el único gobierno conocido, es la policía. Su presencia en la ciudad es característica de la emigración sufrida por las áreas rurales a causa de la guerra y los desastres naturales.
El Ministerio había censado unos 2.000 niños de la calle en 1978, pero la cantidad se elevó a 12.500 en 1984 y a 16.700 en 1988. Los expertos afirman que la cifra actual sería mucho más alta si fuera dada a conocer.
Los analistas sudaneses han hecho sonar la alarma ante el creciente número de niños sin hogar que existen en todo el país, los cuales presentan una buena cantera de reclutamiento para el trabajo infantil, la delincuencia o la prolongada guerra civil.
Pese a que existen leyes que impiden la utilización de niños en el trabajo o en la guerra, la situación no ha cambiado mucho a juicio de fuentes oficiales.
"Estamos involucrando a nuestros niños en esta guerra, vamos a destruir su futuro y también el nuestro, porque ellos son la única esperanza para la próxima generación", dijo Ramzi.
De acuerdo un informe que publicó en 1991 el Ejército Independiente de Sudán Sur (SSIA) -facción escindida del SPLA-, el Ejército comandado por Garang contaría con unos 10.000 niños.
Ramzi exhortó a los organismos especializados de las Naciones Unidas a ejercer presión sobre los grupos rebeldes para que dejen de reclutar niños.
El representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Sudán, Christopher T. Jaeger, la organización mundial está empeñada en lograr que las diversas facciones del SPLA firmen conjuntamente la Convención de las Naciones Unidas sobre Derechos del Niño.
También el gobierno islamista de Sudán ha sido acusado de usar niños en la Jihad (Guerra Santa) que ahora libra en el este del país contra el SPLA y las incursiones de rebeldes a través de la frontera oriental con el vecino Eritrea.
Los seis partidos opositores del norte del país -encabezados por el Partido Umma y el Partido Unión Democrática- afirmaron la semana pasada, en un informe publicado por el diario egipcio Haram, que el gobierno sudanés está obligando a niños de escuela a unirse a la Jihad.
Según el informe, niños de edades entre 12 y 15 años son entrenados en campos de los mujaidines -milicias islámicas- en varios estados de Sudán. El gobierno, sin embargo, negó la veracidad de la denuncia. (FIN/IPS/tra-en/nb/pm/arl/pr-ip/97