La carne de animales salvajes se puso de moda en Ghana, en platos como la sopa picante y el fufu, a base de mandioca, y fue especialmente consumida durante las fiestas tradicionales, a un precio demasiado alto para el medio ambiente.
Estas delicias culinarias van acompañadas de incendios forestales que destruyen grandes áreas de ecosistema natural, mientras los cazadores utilizan el fuego para atrapar a los animales, en general antílopes y otros herbíboros.
"La carne de los animales de caza es magra y no crea problemas de colesterol", anuncia Joseph Ankamah, empresario local que la consume durante la estación festiva.
Según Rebecca Buckie, propietaria de un restaurante, la atracción de la carne no se limita a Ghana, y "se ha convertido en materia de exportación".
El viceministro de gobierno local, Francis Korbieh, advirtió que "el fuego es nuestro peor enemigo y arruinaremos nuestras vidas si no abandonamos esta práctica negativa de destruir la vegetación cada año para facilitar nuestras expediciones de caza".
El gobierno de Ghana emprende campañas contra los incendios forestales cada año, en vísperas de las fiestas de Navidad y año nuevo, desde 1982, cuando los fuegos destryeron casi la mitad del interior del país.
Voluntarios capacitados en cada pueblo y villa rural evitan brotes de fuego y educan a la población sobre su control.
Las elecciones presidenciales y parlamentarias de 1996, no obstante, dejaron la campaña contra incendios en segundo plano, y a los cazadores libres para destruir los recursos naturales.
Los incendios son normalmente utilizados por agricultores, especialmente en las regiones de sabana, que representan dos tercios del territorio del país, para dejar una parcela despejada y lista para las primeras lluvias.
La Agencia de Protección Ambiental señala que la quema ha sido una práctica tradicional que, aplicada según pautas centenarias, no daña el medio ambiente.
Pese a anteriores esfuerzos por detener estos incendios, el ministro de Tierras y Forestación, Kwabena Adjei, lamentó que "las tierras quemadas se estén convirtiendo en un rasgo permanente de nuestro paisaje".
Responsabilizando a la actividad humana por los incendios, Adjei alerta que también destruyen vidas humanas y propiedades.
En la región ashanti de Ghana, la zona con bosques más densos, se registraron 401 incendios en 1995, mientras 301 fuegos fueron informados en 1993.
Los incendios destruyeron propiedades evaluadas en 60 millones de dólares en 1995, según John Ackah, jefe del cuerpo de bomberos.
El año pasado, el gobierno anunció que establecería un Comité de Prevención de Incendios Forestales con representantes de los ministerios de Agricultura y Alimentación, Información, Medio Ambiente, Tierras y Forestación. Pero el órgano no ha sido instalado hasta ahora.
Además de tratar la amenaza de los incendios, el gobierno debe enfrentar la caza indiscriminada de especies silvestres.
El Departamento de Caza y Vida Silvestre designó estaciones de caza que son ignoradas, y las autoridades rurales y los voluntarios contra incendios afirman que la población desafía su autoridad. (FIN/IPS/tra-en/pm/mk/lp/en/97