La Unión Europea (EU) adoptará por primera vez medidas concretas contra el racismo, la xenofobia y el antisemitismo, que se manifiestan cada vez más en los 15 países miembros de la organización continental.
La UE se propone lanzar el Año Europeo contra el Racismo, en una conferencia que tendrá lugar en La Haya entre el 30 y 31 de este mes, y que es organizada en forma conjunta por la presidencia holandesa de la Unión y la ejecutiva Comisión Europea.
"La continua presencia de racismo, xenofobia y antisemitismo tanto en el ámbito de la UE como en otras naciones de Europa presenta un verdadero desafío a nuestras sociedades", declaró Bárbara Nolan, portavoz de la Comisión Europea.
Agregó que "el aumento de los atentados raciales así como de los prejuicios y la discriminación es patente en todos los niveles, tanto socio-cultural como económico y político".
Sólo en el ámbito de la UE hubo en promedio entre cinco y 10 ataques racistas diarios en 1996, "sin hablar de las expresiones de intolerancia y discriminación, omnipresentes en cada estrato social", apuntó Johan Leman, del Centro para la Igualdad de Oportunidades y la Lucha contra el Racismo, con sede en Bruselas.
En opinión de Leman, aunque la responsabilidad principal para combatir el racismo, la xenofobia y el antisemitismo está en manos de los estados miembros de la UE, la dimensión transnacional del problema justifica medidas a nivel europeo.
Sin embargo, el presupuesto específico para el Año Europeo contra el Racismo es limitado, coincidieron fuentes diplomáticas, porque apenas totaliza 4,7 millones de ecu (1,23 dólar por unidad). Nolas explicó que "esos fondos iniciales servirán para estimular actividades y compromisos más amplios".
"El suceso del proyectado año antirracista dependerá en gran medida de la voluntad y habilidad de los responsables a nivel local, regional y nacional para movilizar individualmente a los ciudadanos en toda la UE", subrayó Carmelita Serkei, de ADO, una agencia humanitaria holandesa radicada en Utrecht.
En noviembre último, la Comisión Europea adoptó una propuesta para crear un Centro de Vigilancia Europeo para el Racismo y la Xenofobia, que tendrá mandato para proporcionar a los estados miembros información objetiva y confiable sobre el problema. El centro tambien será responsable de la instalación de un banco de datos (Raxen).
La creación del Centro fue propuesta por Padraig Flynn, responsable del sector Empleo y Asuntos Sociales de la Comisión Europea. Flynn se basó en la tarea realizada por la Comisión Consultiva sobre Racismo y Xenofobia, creada en 1994 en Corfú por el órgano ejecutivo de la UE para intercambiar información y experiencias sobre el tema.
"Racismo es algo diametralmente opuesto a todo aquello que los europeos creen necesario para proteger la dignidad humana y promover el entendimiento mutuo. Hay que crear un dispositivo de acción para poder combatir la intolerancia y erradicar sus causas", dijo Gérard Pagnol, un sociólogo de Lovaina.
La presencia de agrupaciones políticas ultraderechistas, "no solo en Alemania y Francia sino tambien en otras partes de Europa, ha contribuído a la difusión de prejuicios e intolerancia, y a la aparición exaltados como los 'skinheads', que todos los días causan incidentes", observó Pagnol.
Señaló que un ejemplo del momento que vive Europa es la cuestión del racismo en el deporte. "Se produce en un doble frente: espectadores cargados de prejuicios discriminatorios y sociedades que ceden a la presión fanática de su público y victimizan a deportistas por su color, raza o extracción".
En su resolución para crear el Año Europeo contra el Racismo, la Comisión Europea explicó que pretende enfatizar la amenaza que la intolerancia violenta representa para la dignidad humana y para la cohesión socio-económica de la UE.
Los planes antirracistas para 1997 fueron fijados en una resolución del 23 de julio de 1996 por el Consejo de ministros de la UE y representantes gubernamentales de los estados miembros.
La resolución justificó desarrollar una respuesta para complementar acciones nacionales contra racismo, xenofobia y antisemitismo, y pidió que fueran incluidos poderes específicos para combatir la discriminación en un ulterior tratado.
"La conferencia de dos días en La Haya será tanto un hecho político de alto nivel como una oportunidad para intercambiar información y experiencias que surgen diariamente en áreas claves como empleo, instrumentos legales, prensa y racismo", dijo la portavoz Nolan.
Indicó que ya fueron creados una comisión ad-hoc formada por representantes de gobiernos y organizaciones no gubernamentales de Europa, y comités de coordinación en estados miembros.
"Nuestras sociedades tienden a negar el problema y lo adjudican sobre todo a grupos de exaltados y asociales, sin consierar que la discriminación y antisemitismo siguen vigentes y se manifiesten en toda Europa indistintamente", dijo Mike van de Putte, de Meldpunten Racisme en Discriminatie, de Amberes.
"Confiamos en que la reunión de La Haya no sea solo una expresión de buenos deseos… Es imposible continuar hundiendo la cabeza en un agujero como el avestruz para no ver lo que pasa alrededor. Europa está destinada a ser cada vez más multicultural y multirracial. Si no lo acepta, arriesga desintegrarse", advirtió Van de Putte. (FIN/IPS/ego/ff/hd/97