La aprobación de Washington de una misión humanitaria que partirá este viernes a Cuba no debe tomarse como anuncio de distensión de las relaciones de Estados Unidos con La Habana, advirtieron organizaciones no gubernamentales (ONG).
La autorización concedida al grupo ORBIS, de Nueva York, para enviar a Cuba médicos especializados en el tratamiento de casos de ceguera reversible es una decisión positiva, pero no alivia la presión política de Washington sobre el gobierno de Fidel Castro, según varias ONG.
ORBIS fue facultado por los Departamentos de Estado, Comercio y del Tesoro a destacar durante tres semanas una misión en Santiago de Cuba para instruir a médicos cubanos en la recuperación de cegueras reversibles.
Es la primera vez que el gobierno de Estados Unidos permite vuelos civiles a la isla desde febrero de 1996, cuando el derribo por la fuerza aérea cubana de dos avionetas estadounidenses fletadas por exiliados cubanos aumentó la tensión entre los dos países.
"No hubo dilaciones en el trámite oficial de nuestra solicitud de permiso para viajar a Cuba", destacó la directora ejecutiva de ORBIS, Pina Taormina, jefe de la misión de esa ONG humanitaria a la isla.
El grupo debió postergar en 1991 un viaje a Cuba, debido a obstáculos impuestos por el Departamento de Estado, que tampoco autorizó a Pastores por la Paz, una organización religiosa, a hacer llegar a la isla una partida de computadoras para uso científico.
Lucius Walker, líder de Pastores por la Paz, señaló que el episodio de las avionetas empeoró el último año las perspectivas de los grupos de ayuda de lograr el consentimiento de Washington para hacer llegar suministros a Cuba.
Mientras, Taormina descartó todo significado político de la autorización obtenida por ORBIS.
"Tratamos la ceguera, y no asuntos políticos. La ceguera no reconoce fronteras, y nosotros vamos allí donde se nos invita", dijo la directora de ORBIS a IPS.
Irving Kessler, portavoz del Centro de Estudios sobre Cuba, de Nueva York, destacó la decisión de Washington de autorizar el vuelo de ORBIS. "Debo aplaudir ese paso, pero una sola decisión no modificará apreciablemente la situación", dijo.
"Toda ayuda enviada a Cuba es una señal positiva, aunque sin duda, mayor peso tiene el bloqueo" que Estados Unidos aplica a la isla desde 1962, puntualizó Walker.
Walker indicó que muchos grupos, entre los que se cuenta Pastores por la Paz, objetan la exigencia impuesta por Washington a quienes pretenden enviar asistencia humanitaria a Cuba de tranmitar una licencia federal especial.
El régimen de licencias "sirve a los intereses políticos de Estados Unidos y la realidad es que el bloqueo continúa, al igual que el sufrimiento del pueblo cubano", declaró Walker.
La falta de autorización para el embarque de las computadoras de Pastores por la Paz fue ignorada por la Iglesia Metodista Unida, que envió de todos modos los equipos a la isla, en contravención de la ley estadounidense.
Kessler indicó que Washington nunca ha renunciado a su esfuerzo de casi 35 años por aislar al gobierno de Castro, y probablemente tampoco lo hará en el futuro.
"La expectativa de que (el presidente estadounidense Bill) Clinton mejore las relaciones (con Castro) sólo existe en la mente de los periodistas. Clinton no ha hecho nada que pudiera insinuar interés en normalizar relaciones" con Cuba, advirtió Kessler.
Clinton anunció el viernes la suspensión por segunda vez consecutiva del capítulo tercero de la ley Helms-Burton, que contempla sanciones contra empresas extranjeras qyue negocien con propiedades confiscadas por Cuba a ciudadanos estadounidenses.
La suspension de esas disposiciones, las más duras entre las que contiene la ley Helms-Burton, se mantendrá durante seis meses.
El presidente aclaró que la opinión de los aliados de Estados Unidos importa en el caso más que todo cambio realizado en Cuba. Canadá y la Unión Europea consideran la ley Helms-Burton una violación de su derecho soberano a comerciar con todos los países del mundo.
"La comunidad internacional está hoy más unida detrás de la causa de la libertad en Cuba que en cualquier otro momento de los 38 años de historia del régimen opresivo de Castro", aseguró Clinton.
"Puedo suspender el derecho a celebrar juicios" contra las firmas que negocien con bienes requisados a estadounidenses "mientras los amigos y aliados de Estados Unidos mantengan su redoblado esfuerzo por promover la transición a la democracia en Cuba", agregó.
Clinton "postergó la aplicación de previsiones de la ley Helms- Burton en atención a los deseos del resto del mundo, pero no de Cuba", observó Kessler.
Cuba permanece en la mira de los políticos estadounidenses, pese a que Washington ha nornmalizado sus relaciones con otros "demonios" comunistas, como China y Vietnam, agregó. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/ff/ip/97