CHINA: Niveles de contaminación de Beijing son secreto de Estado

El gobierno de China oculta a sus ciudadanos la gravedad de la situación causada en esta capital por altísimos niveles de contaminación del aire y el agua.

La divulgación de la información sobre la grave contaminación de Beijing "no es asunto sencillo", dijo a IPS un funcionario de la Oficina de Protección Ambiental de la ciudad, quien pidió reserva de identidad.

Las autoridades deben tomar en consideración varias cuestiones, como "la estabilidad social, la imagen de Beijing como capital y asuntos de relaciones exteriores" para decidir si informan al público la magnitud del deterioro ambiental de la ciudad, explicó la fuente.

En Beijing hay tres ríos seriamente contaminados, llamados "los tres gusanos". Con mucho esfuerzo, el gobierno logró mejorar la situación en dos de esos cursos de agua, pero no hay modo de solucionar en el corto plazo los problemas del tercero, agregó la fuente, a manera de ejemplo.

"Admitir ese estado de cosas y la imposibilidad de poner la contaminación bajo control provocaría una reacción popular", advirtió.

Pero aún en China, cuyo gobierno controla firmemente los medios de comunicación, la falta de información pública sobre el caso determina especulaciones y rumores.

El servicio de noticias ambientales de China destacó que las autoridades municipales de Beijing no publican informes sobre la contaminación de la ciudad.

También existe preocupación acerca de las condiciones ambientales de otras regiones del país, cuya industrialización avanza rápidamente.

El Diario del Pueblo advirtió que la verde hierba, las aguas claras y los hermosos paisajes que caracterizaban a "cierta ciudad" del noreste ya no son más que memoria del pasado.

Las autoridades estuvieron cerca de admitir públicamente la gravedad de la contaminación de la capital, según se desprende de un despacho lanzado hace un año por la agencia oficial de noticias Xinhua.

Luego de una investigación practicada durante ocho días por funcionarios y expertos en protección ambiental, la agencia señaló que la contaminación de Beijing "es muy seria", y reprodujo la exhortación lanzada a la población por los participantes en el estudio para enfrentar la situación.

La preocupación se refiere tanto al agua como al aire. Localizada en el norte del país, Beijing está expuesta a los vientos que en invierno arrastran arena y polvo de las desérticas áreas del noroeste.

La contaminación del aire se agrava a causa del rápido desarrollo industrial de la ciudad y del aumento de las emisiones de los automóviles y de los agentes contaminantes domésticos.

En muchas viviendas de la capital todavía se utiliza carbón para calefacción y cocina. Se calcula que el carbón representa 75 por ciento del combustible empleado, y el gas natural, de menor impacto ambiental, sólo cinco por ciento.

Tres años atrás, sólo 30 por ciento de las familias de Beijing contaban con calefacción central, aunque la cantidad ha ido en aumento.

Mientras, los automóviles reemplazan en las calles a la bicicleta, tradicionalmente el principal medio de transporte.

Por último, la industrialización en gran escala, además de dar lugar al incremento de la emisión de dióxido de azufre, invade áreas anteriormente verdes.

Restan en la capital 6,14 metros cuadrados de espacios verdes por habitante, frente a los 30 o 40 metros cuadrados que los expertos aconsejan para asegurar un ambiente sano.

"Es innegable que la contaminación del aire es un grave problema de Beijing, y en los últimos 10 años aplicamos varias medidas para reducirla. De otro modo, ahora sería la ciudad más contaminada del mundo", afirmó Li Lei, del Departamento de Control de la Contaminación, perteneciente a la Agencia Nacional de Protección del Ambiente.

Más de 85 millones de dólares fueron destinados en el octavo plan quinquenal, finalizado en 1995, a combatir el deterioro del ambiente en la capital. Según las autoridades, el monto aumentó con el nuevo plan quinquenal (1996-2000).

La municipalidad de Beijing entiende que sólo con apoyo de la población podrá ganarse la batalla contra la contaminación, pero teme que la revelación del deterioro alcanzado provoque alarma pública y perjudique la imagen de la ciudad ante la comunidad internacional.

"No hemos calculado cuánta información acerca de la situación ambiental en la capital es posible hacer pública", aclaró el funcionario de la Oficina de Protección Ambiental de Beijing. (FIN/IPS/tra-en/ab/cpg/ff-lp/en/97

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