CHILE: Extensa reunión de Consejo de Seguridad sobre terrorismo

El Consejo de Seguridad Nacional de Chile analizó hoy por cuatro horas el tema del terrorismo, a una semana de la espectacular fuga de cuatro insurgentes desde una cárcel de alta seguridad, sin adoptar acuerdos públicos sobre la materia.

El organismo de ocho miembros, que encabeza el presidente Eduardo Frei, está integrado también por el ex dictador y comandante del Ejército, general Augusto Pinochet, y por los mandos superiores de la Armada, la Fuerza Aérea y la policía de Carabineros.

Frei inició este lunes un ciclo de consultas en busca de lo que el gobierno define como "un consenso nacional en la lucha contra el terrorismo", para responder a la inquietud política creada con la espectacular evasión del 30 de diciembre.

Ese día, cuatro presos del ala autónoma del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR-A) fueron rescatados desde la cárcel de alta seguridad, en el área centrosur de Santiago, por un helicóptero que atacó el penal.

Los presidentes del Senado, Sergio Diez, y de la Cámara de Diputados, Gutenberg Martínez, fueron los primeros convocados por Frei en su ronda de consultas, antes de la prolongada sesión con el Consejo de Seguridad Nacional (CSN).

Diez, quien es también miembro del CSN, se limitó a informar que este organismo recibió informes sobre la situación de seguridad del país de parte del ministro del Interior, Carlos Figueroa, así como una cuenta del propio Frei.

Frei recibió además documentos y planteamientos de todos los miembros del Consejo, entre los que se incluyen también el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Servando Jordán, y el Contralor General de la República, Osvaldo Iturriaga.

Diez se excusó de entrar en detalles sobre el contenido de la reunión, recordando que las sesiones del CSN son secretas, salvo que sus propios miembros acuerden hacer público lo tratado.

En el curso de la jornada, el mandatario se reunió igualmente con los líderes de los cuatro partidos de la oficialista Concertación por la Democracia y de las tres colectividades de la oposición derechista.

Las consultas incluirán igualmente a la Central Unitaria de Trabajadores, a la empresarial Confederación de la Producción y el Comercio, y a dignatarios de la Iglesia Católica y otros credos religiosos.

Sola Sierra, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos, señaló que una vez más el gobierno no ha incluido a los organismos humanitarios en este tipo de consultas.

El propósito del gobierno es gestar "un consenso en torno a una política nacional contra el terrorismo" e impedir el "aprovechamiento con fines políticos" de la crisis creada por la fuga de los cuatro militantes del FPMR-A.

Tanto el cuerpo de Carabineros (policía militarizada) como la Policía de Investigaciones (civil) mantienen una intensa búsqueda de los prófugos Ricardo Palma, Mauricio Hernández, Pablo Muñoz y Patricio Ortiz, así como del comando que los rescató del penal.

El grupo que hizo el rescate estaba conformado por dos hombres y dos mujeres, al parecer altos dirigentes del FPMR-A, expertos en pilotaje aéreo y en el manejo de armas automáticas pesadas, según los antecedentes recopilados hasta ahora.

Lamberto Cisternas, el juez especial de instrucción para este caso, debe esclarecer, entre otro puntos, el motivo de la escasa resistencia de los gendarmes (vigilantes carcelarios) ante el ataque y el rescate de los cuatro presos en un canastillo que colgaba del helicóptero.

Las hipótesis al respecto van desde una concomitancia de los gendarmes hasta el temor, mientras las autoridades sostienen que simplemente no lograron reaccionar a tiempo ante un ataque sorpresa con alto poder de fuego que sólo duró dos minutos.

Las probabilidades de que los cuatro prófugos hayan salido ya del país aumentan a medida de que pasan los días sin pistas para su captura, pero la policía de Carabineros insistió este lunes en que no hay antecedentes de que hayan atravesado las fronteras.

El ministro del Interior informó que se comenzó a montar un dispositivo en la cárcel de alta seguridad contra incursiones aéreas, que consiste básicamente en una suerte de malla de acero extendida sobre los patios.

La cárcel de alta seguridad fue construida en 1994 y es imposible huir de ella a través de túneles, pues no tiene celdas en su planta baja, pero no contaba hasta ahora con un sistema para contrarrestar ataques o intentos de fuga aéreos. (FIN/IPS/ggr/ag/ip/97

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