(Artes y Espectáculos) JAMAICA: Retorna el teatro "consciente"

Tras casi dos décadas de proliferación de obras lascivas, apodadas "teatro de entrepiernas" por un crítico, el comentario social retorna a los escenarios de Jamaica, paralelamente a lo que ocurre en el ámbito de la música.

La obra "Voces", presentada este mes en la sala de la Escuela de Teatro de Jamaica, podría considerarse como el comienzo de una nueva etapa en el teatro nacional, en la que las voces de protesta se hacen oir nuevamente.

En los años 80, la doctrina de la liberalización y la visión Margaret Thatcher/Ronald Reagan del "libre mercado" se encontraron con una calurosa acogida en Jamaica.

La pasada década fue testigo de un extraordinario libertinaje que transformó la sociedad y sus expresiones culturales. La música "dancehall" y el teatro popular conquistaron los escenarios jamaiquinos.

Pronto surgieron estrellas como Yellow Man y Shabba Ranks, sucesores del "reggae consciente" de los años 70, pero con mensajes sexuales, de autogratificación y misoginia, que contaron con gran aceptación en varias partes del mundo.

En Jamaica, audiencias masivas les estimulaban a cometer mayores excesos. Las salvas de pistolas en discotecas o "megaconciertos" se transformaron en una práctica habitual.

La sociedad se volvió cada vez más superficial, con gran apetito por ropa de diseño exclusivo, comidas "gourmet", teléfonos celulares, viajes al exterior y artículos de moda en general.

Las únicas voces que se alzaban contra la corrupción de los valores tradicionales y la destrucción de las normas sociales eran las de los fundamentalistas religiosos, los trabajadores pobres y los pensionados.

Pero con el reciente lanzamiento de discos con música de protesta de artistas como Buju Banton y Capleton, así como el surgimiento de cantantes "conscientes" como Luciano, el dancehall y el reggae parecen estar cambiando de rumbo.

Al cierre de "Voces", el joven autor dramático Fabian Thomas dijo a la audiencia que su intención había sido la de crear una obra que hiciera sentir "incómodo" al público al presentarle escenas de violencia.

El actor, director y escritor por mucho tiempo ha estado "preocupado y molesto por algunas tendencias de la sociedad y por la violencia y el abuso", según sus propias declaraciones.

"No existen mecanismos de cicatrización en la sociedad, y no estamos preparados para hablar de temas que nos resultan incómodos", declaró.

La obra comienza con una figura arquetípica en Jamaica, una abuela, que se lamenta por el estado de la sociedad e invita al público a escuchar las voces de los que sufren.

Entre las escenas de la obra figuran la violación y el asesinato de una pequeña niña y la despiadada desfiguración de una adolescente que se niega a aceptar una invitación a bailar. Muchos críticos se preguntan si el público jamaiquino está preparada este tipo de obras.

Pero según Thomas, "Voces" es simplemente "un llamado a escuchar, a comenzar un proceso de interiorización que dé lugar a la acción" contra la violencia. (FIN/IPS/tra-en/sm/ml/cr/97

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