Varios gobiernos y comunidades aún no tradujeron en hechos el compromiso adquirido hace casi cinco años en la Cumbre de la Tierra de aplicar modelos de desarrollo para mejorar la calidad de vida de la población y defender el ambiente natural.
El Consejo de la Tierra, una organización no gubernamental radicada en Costa Rica, considera insatisfactoria la implementación de la "nueva alianza mundial" para el desarrollo sostenible surgida de la Conferencia de Naciones Unidas de Ambiente y Desarrollo, realizada en junio de 1992 en Río de Janeiro.
"Ningún otro acontecimiento internacional despertó tanta expectativa" como la Cumbre de Río de Janeiro y, "ciertamente, nunca ningún grupo de gobernantes había asumido compromisos de esa importancia para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos", señaló el Consejo de la Tierra en un informe conocido en Manila.
Pero "poco ha mejorado desde 1992", se advierte en el informe, que también será divulgado este semana en Nueva York y Washington.
El documento fue preparado para el Foro "Río más Cinco", a realizarse del 13 al 19 de marzo en Río de Janeiro a instancias del Consejo de la Tierra para revisar el cumplimiento de los acuerdos firmados en 1992.
Si bien se lograron "progresos notorios" en algunos países, "muy pocos ciudadanos, naciones, empresas e instituciones han procedido a los cambios necesarios para avanzar" hacia las metas de salud ambiental, prosperidad económica, equidad social y bienestar general, se agrega.
Titulado "El camino desde Río", el informe concluye que "aún prevalecen los factores demográficos, sociales y económicos determinantes de formas insostenibles de desarrollo.
El solo crecimiento económico se confunde a menudo con el desarrollo, aunque margina a muchos grupos sociales y no siempre reduce brechas entre y dentro de las naciones.
"Muchas personas no distinguen entre el verdadero desarrollo", que consiste en "mejorar", y el simple crecimiento, que sólo agranda el producto, según el Consejo de la Tierra, que fue creado luego de la cumbre de Río de Janeiro.
Los autores del informe destacan que el esfuerzo por dar lugar al desarrollo sostenible está dificultado por la proliferación en los últimos años de acuerdos económicos de carácter regional.
Máximo Kalaw, director ejecutivo del Consejo de la Tierra, señaló que la comunidad internacional debe abordar el desafío al desarrollo sostenible que entrañan la mundialización económica y el crecimiento de los bloques regionales de comercio.
"Debemos considerar las contradicciones entre la Agenda 21 (convenida en 1992) y los acuerdos regionales de comercio y la Organización Mundial de Comercio", declaró Kalaw a la prensa en Manila.
Esa relación, casi inexplorada en la cumbre de Río de Janeiro, será materia en marzo del Foro Río más Cinco, convocado por el Consejo de la Tierra.
La mundialización, que redobla la competencia por mercados y bienes, obliga a las comunidades locales a determinar metas en las áreas ambiental, social y humana, para corregir las consecuencias del crecimiento insostenible, dijo Kalaw.
El proceso de globalización debe ser guiado, entre otros factores, por los objetivos de desarrollo de países y comunidades", aunque en la realidad, sólo es orientado por los acuerdos de libre comercio y por los bloques económicos, agregó.
Esto llevó a muchos críticos a atacar la globalización por sí misma, pero como el proceso no puede ser detenido, afirma Kalaw, el Consejo podría subrayar "la forma de gestionarla, de modo que no se vuelva insostenible".
Hasta ahora, 103 gobiernos crearon instituciones nacionales para integrar la sustentabilidad en sus leyes y políticas, y unas 1.200 ciudades tienen planes para traducir la Agenda 21 en programas concretos.
En preparación del foro "Río Más Cinco", organizaciones no gubernamentales (ONG) y algunos gobiernos realizan revisiones nacionales de las acciones posteriores a la cumbre de Río, y alrededor de la mitad de las evaluaciones de los países están finalizadas.
Las evaluaciones presentan una amplia gama de respuestas, entre ellas medidas impresionantes de los países nórdicos e inadecuadas de muchos países africanos carentes de recursos.
Los países industrializados no han actuado necesariamente mejor. Estados Unidos demuestra una actuación desalentadora, especialmente en áreas como la reducción del uso de sustancias que consumen la capa de ozono.
En lugar de producir menos gases causantes del efecto invernadero, como propone la Convención de Cambio Climático, uno de los muchos acuerdos sellados en Río, se prevé que en el 2010 Estados Unidos habrá aumentado 50 por ciento el nivel de las emisiones de 1990, sostiene Lando Velasco, de la Red de Acción Climática del sudeste de Asia.
En el foro "Río Más Cinco", cuyo tema es "De la Agenda a la Acción", los países también serán evaluados frente a otros acuerdos de Río, las convenciones sobre biodiversidad y para combatir la desertificación.
El informe previo al foro del Consejo de la Tierra expresa que, un quinquenio después de la cumbre de Río, más de 100 países están en peor situación que hace 15 años, y la brecha entre los ricos y los pobres del mundo se duplicó en los últimos años, factores que inciden a la hora de concretar las promesas de 1992.
El consumo excesivo está agotando recursos como agua y bosques, y cada vez son mayores las señales de inseguridad alimentaria.
Menos de un cuarto de los casi 6.000 millones de habitantes del planeta consume tres cuartos de las materias primas y produce 75 por ciento de los desechos sólidos, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El foro "Río Más Cinco" también pretende presentar contribuciones para una propuesta Carta de la Tierra, pensada como el equivalente del 2000 de la Declaración de Derechos Humanos.
Los resultados del foro serán utilizados en abril, durante una reunión de la Comisión de Desarrollo Sostenible de la ONU, la cual fijará la agenda para una revisión en junio de los acuerdos de la Cumbre de la Tierra de la Asamblea General del organismo internacional.
Para el futuro, el Consejo de la Tierra tiene metas más ambiciosas, como la creación, antes de fin de 1997, de un órgano con funciones de ombudsmen, en este caso defensor del medio ambiente, integrado por jueces imparciales y eminentes, equivalente a lo que Amnistía Internacional representa para los derechos humanos, dijo Kalaw.
Mientras, países y comunidades de todo el mundo son exhortados a examinar en detalle la forma en que internalizaron los compromisos hechos en Río hace cinco años.
Como dijo en 1992 el entonces presidente del Consejo de la Tierra, "la ruta después Río será más difícil que el camino hacia Río". (FIN/IPS/tra-en/js/ral/ff-lp/en dv/97