Hasta hace tres décadas, en la aguas de la bahía de Montevideo, fanáticos de la natación daban rienda suelta a su deporte desde una improvisada plataforma ubicada sobre el Río de la Plata.
Hoy, la vieja plataforma de madera y hierro muestra los efectos del abandono. Los deportistas se alejaron ante la contaminación que progresivamente invadió las aguas, con riesgo seguro para su salud.
Una situación similar ocurrió en el arroyo Miguelete, un curso de agua que atraviesa Montevideo, cuyas orillas fueron un habitual paseo de fin de semana en el barrio de El Prado, en una zona residencial de la ciudad.
Todo es consecuencia de la contaminación industrial generada por los residuos de medio centenar de empresas que los vierten en cinco cuencas de la capital uruguaya, en la que vive 45 por ciento de los 3,1 millones de habitantes del país.
El hedor forma parte del hábitat de miles de uruguayos que viven allí en barrios regulares o asentamientos espontáneos que además carecen de agua potable y saneamiento.
Según estudios de la Intendencia de Montevideo a los que tuvo acceso IPS, los desechos industriales equivalen a la contaminación orgánica de una población adicional de medio millón de personas.
De esa forma se alteran las previsiones sanitarias y ambientales que indican para la capital uruguaya una tasa de crecimiento acumulativa anual de 0,5 por ciento.
La situación determinó poner en marcha un plan que se extenderá hasta fines de 1999 y que comienza el 1 de enero de 1997, cuando las industrias deberán tener pronto un sistema de tratamiento de sus efluentes.
Actualmente una sola empresa, fabricante de pintura, tiene este sistema.
Walter Bonet, un ingeniero que preside la comisión de Medio Amnbiente de la Cámara de Industrias, destacó que en Uruguay, buena parte de los problemas de contaminación industrial se pueden resolver con "una acción responsable de las empresas".
Bonet remarcó que no existen estímulos para que los industriales incorporen tecnología limpia, ya que no hay exoneración fiscal para importar maquinarias con ese fin.
El ingeniero señaló que la localización de las industrias es un problema aún no se resuelto en Uruguay, ya que no están fijadas áreas de prioridad industrial o parques industriales con beneficios para las empresas que se trasladen a los mismos.
La situación no es ajena al interés de los habitantes de la capital uruguaya.
Una encuesta publicada por el diario El País reflejó que 75 por ciento de los montevideanos adultos expresó altos grados de preocupación por el deterioro del medio ambiente, así como por los desechos industriales y hogareños.
Sobre estos últimos, un estudio del Ministerio de Medio Ambiente vincula gran parte de la contaminación de los cursos fluviales a la recolección de residuos domiciliarios por parte de unos 4.500 "hurgadores" informales.
"La problemática de la recolección informal, principalmente en Montevideo, es la causa principal de aparición de residuos sólidos en las márgenes de ríos y arroyos", dice el estudio.
El número de recolectores informales de residuos domiciliarios, que circulan por la ciudad en desvencijados carros tirados por caballos, fue aumentando en forma paralela a la crisis económica.
Según el estudio, es necesario encontrar una solución para el destino de los residuos domiciliarios, ya que para el año 2025 se prevé un aumento de los mismos de 36,4 por ciento. El reciclaje de basura se presenta como una alternativa, pero resulta muy costosa para llevarla a la práctica.
Pero Montevideo, no es el único problema al que se enfrentan las autoriades de Uruguay en esta materia.
La Ciudad de la Costa, integrada por una cadena de balnearios del departamento de Canelones, límitrofe con la capital, aún no ha encarado el tema de la contaminación de forma tal que permita vislumbrar una solución.
Esta zona de Uruguay ha sido en la última década la de mayor crecimiento de América Latina, con un aumento en su población de 72 por ciento.
Los barrios ubicados en estos balnearios, con residencias que oscilan entre un nivel medio y alto, en medio de bosques de pinos y eucaliptus, cerca de la playa, carecen de un sistema de saneamiento domiciliario, mientras que la radicación de pequeñas fábricas e industrias se produce con escaso control. (FIN/IPS/rr/ag/en/96