TAILANDIA: Hay trabajo pero falta mano de obra calificada

Debido a la creciente escasez de operarios tanto calificados como sin especialización, Tailandia depende cada vez más de trabajadores extranjeros, legales o clandestinos, para zanjar la brecha.

La alarma por la situación aumenta a medida que el país trepa la escala de la industrialización y afluyen grandes inversiones en sectores tales como automóviles, biotecnología y comunicaciones.

Tanto el Plan Económico Nacional y aquel de Desarrollo Social (1997-2001), así como el Programa Básico de Industrialización, denunciaron que se evidencia cada vez más la falta de obreros calificados.

"Tailandia sufre una escasez de mano de obra especializada que daña su evolución industrial a nivel técnico", apuntó el Programa.

Agregó que "con una economía en alto grado de expansión, la escasez seguirá agravándose".

Los recurrentes problemas por falta de mano de obra llevaron al gobierno a conceder un limitado estatuto legal a un gran número de trabajadores extranjeros en el país.

La decisión oficial, en vigor desde septiembre, se aplica particularmente a trabajadores inmigrantes de las vecinas Birmania, Camboya y Laos, los cuales actualmente están empleados en 13 provincias.

Esto permite a empleadores y compañías tailandesas de registrar y controlar operarios foráneos en áreas que requieren tareas manuales en agricultura, pesca, construcción, minería, embarcaciones de cabotaje e industria liviana.

La política, resistida por algunos sectores locales pero saludada como una medida pragmática por otros, obtuvo el reconocimiento parcial de un funcionario de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

El coordinador subregional de la OIT para Asia, Guy Thijs, dijo que la iniciativa parecia encaminada en la dirección correcta. "Pienso que es una buena solución", declaró a un diario económico.

Sin embargo, agregó que si bien "no hay salario mínimo ni un sistema de seguridad social, que los dejen venir… Las autoridades dijeron que no los procesarán pese a que tampoco existe una legislación que los proteja".

En un editorial despues que fuera anunciada la decisión, el diario "La Nación" advirtió que todo el episodio "es una bomba de tiempo. Se ha hablado mucho pero existe una escasa comprensión sobre las consecuencias de reclutar mano de obra extranjera".

Kritaya Archavanitkul, investigador de la Universidad Mahidol, dijo que una disminución en el aumento de la población tailandesa durante la última década fue parcialmente responsable de la falta de operarios calificados.

Kritaya, que ha buscado opciones para importar trabajadores foráneos, señaló que la política oficial parece dividida entre la necesidad de trabajadores extranjeros para paliar la escasez, y consideraciones sobre soberanía nacional.

Atascadas en la complicada madeja existen cuestiones como los trabajadores tailandeses en el exterior y de qué manera afectan el mercado laboral los obreros ilegales que vienen a Tailandia, así como la migración de mano de obra de las provincias a las ciudades.

En 1995, el número de trabajadores tailandeses contratados en el exterior fue oficialmente indicado en 202.296. Más de la mitad, o sea 120.360, trabajan en Taiwan, donde se ha producido un incremento de mano de obra de este país en los ultimos años, respecto a los 111 que había en 1990.

Otras metas principales para los trabajadores tailandeses son Brunei, con 17.292, Singapur con 15.624, Malasia con 11.830 y gran cantidad en Israel, Japón y Hong Kong.

Varios miles de tailandeses trabajan ilegalmente en el exterior, y solo Japón indicó que en 1994 tenía 54.000 en su territorio.

En Taiwan, la mayoría de los tailandeses se encuentran en manufacturas semi-especializadas, mientras aquellos en Brunei, Israel, Malasia y Singapur se desempeñan mayormente en los sectores agrícola y de la construcción.

En Tailandia, la escasez del mercado laboral en vista del crecimiento económico dió lugar a una gran demanda de mano de obra foránea, especialmente de las vecinas Birmania, Laos y Camboya.

En medio de denuncias de contrabando y corrupción oficial, los trabajadores -incluyendo niños- se arriegan de todas maneras de venir a trabajar en Tailandia.

El Consejo de Seguridad Nacional estimó que la cantidad de operarios extranjeros oscilaba entre 700.000 y dos millones. Entre éstos, unos 300.000 son niños con edades entre tres y 15 años.

La mayoría de los trabajadores inmigrantes ilegales provienen de Birmania, segun el Departamento de Migraciones de Tailandia. Otros proceden de China y el resto de Indochina, ademas de un número indeterminado procedente de Pakistán, Bangladesh, Nepal y Sri Lanka.

Encandilados por el auge económico tailandés de los últimos años, los inmigrantes tambien escapan a la pobreza y, en el caso de Birmania, a la amenaza de violencia.

En la Isla Phuket, 860 kilómetros al sur de Bangkok y centro de la industria del caucho, más de 60.000 inmigrantes birmanos trabajan ahora en las plantaciones, en el rubro de la construcción y la industria pesquera.

Sin embargo, trabajar allí significa tiempos difíciles para los birmanos que ganan entre 80 y 130 dólares mensuales, porque deben vivir con el temor constante y la incertidumbre del arresto y la deportación, que puede producirse en cualquier momento.

A menudo, esos refugiados económicos están dispuestos a trabajar por la mitad del salario diario que normalmente se le paga a un obrero tailandés. Entretanto, aquellos locales que antes estuvieron en las plantaciones emigraron al sector de la construcción y se desplazaron más al norte, hacia Bangkok. (FIN/IPS/rc/js/ral/ego/lb).

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