El gobierno de Honduras comenzó a cumplir con las exigencias privatizadoras de los organismos financieros internacionales, al anunciar la venta parcial de su principal empresa de telecomunicaciones.
El presidente Carlos Roberto Reina dijo este martes que la venta de acciones de la empresa telefónica no debe considerarse como una "privatización", sino como un novedoso mecanismo de "capitalización" que se está ensayando.
Para ello se ha contactado -a través de la firma británica NM Rothschild & Sons Limited- a "las mejores firmas comerciales que aseguren un proceso limpio para privatizar ciertos sectores", señaló.
"Esto es una buena noticia, pues no estamos vendiendo la empresa en su totalidad. Estamos buscando socios que la capitalicen, manteniendo nosotros 51 por ciento de las acciones", afirmó Reina.
La decisión de comenzar las privatizaciones se toma a dos semanas de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) suspendiera la firma de una carta de intenciones con Tegucigalpa por considerar que no se ha hecho lo suficiente en materia de ajustes económicos.
El FMI exige para sellar el convenio la privatización de la empresa telefónica Hondutel, la de energía eléctrica y el servicio de agua potable, a lo que hasta ahora el Estado se había mostrado renuente.
También demanda la aprobación de reformas tributarias y bancarias, que serán discutidas la semana próxima en el Congreso.
Alcides Hernández, del Colegio de Economistas de Honduras, afirmó que la venta de la compañía de telecomunicaciones "es realmente una privatización aunque el gobierno se empeñe en negarlo al hablar de capitalización".
Según Hernández, la suspensión de la suscripción de la carta de intenciones con el FMI obligó al Ejecutivo a acelerar el proceso, al suspenderse desembolsos de 200 millones de dólares previstos para este año.
Mario Aguero, de la Comisión de Privatización del gobierno, dijo hoy que el proceso de privatización llevará algún tiempo. "Buscamos un socio técnico que tenga experiencia, capital y tecnología", precisó.
"Esperamos que a fines del primer semestre de 1997 tengamos ya una lista de socios, para evaluar su potencial e iniciar las acciones de capitalización", agregó.
Hondutel es una de las pocas empresas estatales rentables, al dar unos 30 millones de dólares de ganancias al año.
Para el dirigente sindical Carlos Reyes, la venta parcial de Hondutel "pareciera que es un regalo disfrazado que el gobierno otorga a los consorcios financieros internacionales".
"Estamos viendo sin mayor oposición cómo el gobierno cede ante el FMI, que presiona por vender las empresas rentables sin importar las consecuencias que ello traiga a la población", dijo.
Honduras inició hace seis años un proceso de ajuste económico en cuya primera fase ser aumentaron los impuestos y las tarifas de los servicios básicos y se devaluó la moneda, entre otras medidas.
En la segunda etapa el ajuste contempla la privatización de empresas estatales, la liberalización de precios y una apertura total de la economía.
Pero, de acuerdo al presidente del Banco Central, Hugo Noé Pino, la meta no ha podido alcanzarse por problemas económicos internos vinculados a una fuerte ola inflacionaria y a un fuerte proceso devaluatorio de la moneda.
"Ello ha impedido cumplir con la meta propuesta este año de crecer un cuatro por ciento y allanar el camino para su completa liberalización", afirmó. (FIN/IPS/tm/dg/if/96)