La alimentación de los recién nacidos vuelve a ser confiada al pecho materno, y los hospitales se deshacen de sus otrora pobladas "nurseries" para dejar que los bebés compartan el cuarto y la cama de la madre.
Este es el fenómeno visible en la ciudad filipina de Cebú, unos 500 kilómetros al sur de Manila, donde aquellos sectores de sus hospitales se encuentran desolados.
Olvidados están los días en que las enfermeras alimentaban con biberón de leches industriales a los niños que acababan de salir del vientre que los había nutrido nueve meses, lo que ha llevado al Hospital Materno Chong Hua a transformar su vieja "nursery" en un espacio para atender a bebés con problemas serios.
Igualmente, el cercano Vincent Hospital ha vendido la mayoría de sus cunas.
Estos dos hospitales, al igual que muchos otros centros de salud pública de la ciudad, han hecho que Cebú sea un modelo para el programa gubernamental llamado Iniciativa Hospitalaria Madre/Bebé.
El papel catalizador lo desempeñaron en Cebú los pediatras, que hace ocho años lanzaron una campaña en favor de las ventajas de la alimantación materna.
Esa campaña mereció el apoyo del gobierno, que impulsó en 1995 la aprobación de la Ley de Cohabitación y Alimentación de Pecho, la cual prohibió el biberón en las maternidades y exigió que madres y bebés habitaran juntos.
Según lo dispone la ley, todos los hospitales filipinos, tanto públicos como privados, deben funcionar de esta manera.
Desde el lanzamiento del programa ha descendido el número de casos de infección o diarrea entre los recién nacidos, y el vínculo materno se ha visto fortalecido.
La puesta en práctica del "nuevo" sistema debió superar la influencia de las industrias fabricantes de leches infantiles en el medio médico, e incluso entre una buena parte de las madres.
Un estudio de la Organización Mundial de la Salud, de 1989, demostró que un sexto de las madres filipinas urbanas pobres -y un tercio de sus iguales ricas-, nunca habían intentado dar el pecho a sus hijos.
En 1986, la entonces presidenta Corazón Aquino firmó la Orden Ejecutiva 51 -relativa al Código de Comercialización de Suplementos de la Leche Materna y Productos Relacionados- que limita la publicidad de las leches infantiles y obliga a las industrias a informar de la superioridad de la leche materna.
No obstante, esto no es observado correctamente en la publicidad, especialmente en los anuncios televisivos, donde ese mensaje es introducido rápidamente y sólo al final.
Además, la Iniciativa Hospitalaria Madre/Bebé ha visto ralentado el ritmo de su aplicación por limitaciones de orden presupuestario.
Entre 1994 y 1996, las cantidades asignadas al programa no han subido de manera sensible, no logrando superar los 2,5 millones de dólares anuales. Los fondos son destinados principalmente a tareas de información y educación. (FIN/IPS/tra-en/cij/cpg/arl/he-pr/96