El comercio de obras de arte se convierte cada año en un negocio más codiciado en Cuba, donde se registra un creciente aumento del tráfico ilícito de bienes patrimoniales, según fuentes oficiales.
Autoridades de aduana y del área cultural revelaron este sábado que hasta noviembre último fueron detectados 393 intentos de extracción del país de piezas con valor patrimonial, 88 más que durante todo el año anterior.
Oleos de los más importantes pintores cubanos, como Wifredo Lam y René Portocarrero, y piezas de orfebrería de la época colonial, entre muchas otras obras de arte, han salido del país caribeño en los últimos años en manos de traficantes o coleccionistas.
La venta de un cuadro, un adorno o un recuerdo del patrimonio familiar se convirtió desde la década pasada en una atractiva fuente de ingreso para muchos cubanos que encuentran en ello una buena vía para obtener dólares.
Con un salario medio de 200 pesos mensuales y un cambio oficial de 20 pesos por dólar, los habitantes de la isla enfrentan la cotidianidad de un país donde una buena parte de las mercancias y los servicios sólo son accesibles en dólares.
Por su parte, los traficantes exploran un mercado casi virgen, desconocedor de los precios internacionales y del valor real de las obras de arte o las antigüedades, donde compran por sumas que después multiplican varias veces en Estados Unidos o Europa.
El diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista, afirmó que se puede hablar de un incremento de la extracción de bienes patrimoniales, sobre todo en la esfera de las artes decorativas y las artes plásticas.
El diario reveló el caso de un extranjero residente permanente en Cuba al que le fueron incautadas 378 obras de arte, de las cuales 151 figuran en la lista del patrimonio cultural cubano.
El teniente coronel Erick Ramón, del Departamento Técnico de Investigaciones del Ministerio del Interior, afirmó que el traficante tiene un largo expediente de compra ilegal de obras de arte y algunos intentos de extracción del país, detectados por las autoridades aduaneras.
"La mayoría de las obras incautadas a este individuo pertenecen a colecciones privadas y sólo cinco fueron robadas del Museo Nacional de Artes Decorativas hace más de cinco años", aseguró Granma, que no reveló su nombre ni su situación en Cuba tras la acción policial.
Fuentes oficiales aseguran que el aumento del tráfico ilegal de obras de arte a nivel mundial, reportado en los años 90, tuvo su reflejo en Cuba con el aumento de la apertura económica.
El desarrollo del turismo como una de las principales fuentes de ingreso y la promoción de la inversión extranjera propiciaron la visita al país de "personas interesadas en adquirir y extraer muchos de estos bienes culturales", según las autoridades.
Para sacar una obra de arte de Cuba se requiere un certificado que se expide "si la pieza en cuestión no tiene relevancia para el Patrimonio", dijo José Menéndez, director del Registro Nacional de Bienes Culturales.
Según el funcionario, el Ministerio de Cultura "no ha expedido licencia a persona alguna, natural o jurídica, cubana o extranjera, que posibilite comercializar bienes culturales", facultad sólo otorgada por la ley a instituciones culturales cubanas.
Granma aseguró que los infractores provienen en su mayoría de Estados Unidos, Europa y América Latina, y que en los últimos tiempos se detectó como nuevo negocio "el intento de extracción de libros antiguos".
"Cada vez los métodos de fraude son más sofisticados, como la falsificación de sellos, facturas de compra", afirmó el diario. (FIN/IPS/da/ag/ip-cr/96