El Frente Demócrata Social (FDS), fuerza opositora de Camerún, acaba de revelar una ambiciosa propuesta de reforma económica como parte de su plataforma para las elecciones generales de 1997.
El plan, conocido como Programa Nacional de Salvación Económica (NESPROG), aprovecha de los fracasos de las políticas económicas pasadas y defiende una nueva política basada en los principios de libre empresa para estimular la iniciativa individual.
Nfor Susungi, ex director de división del Banco Africano de Desarrollo y ahora asesor económico del FDS, recordó que hace menos de una década Camerún estaba en el mismo nivel de desarrollo económico que su vecino Costa de Marfil.
Debido a las malas políticas económicas aplicadas en este país, no obstante, Costa de Marfil se ha adelantado mucho ahora a Camerún, que es potencialmente más rico.
"Según las estadísticas, Camerún es la tercera potencia económica del Africa subsahariana, después de Sudáfrica y Nigeria, en términos de producto interior bruto, mientras que Costa de Marfil viene más atrás", señaló Susungi.
"Pero si ese país de Africa occidental está ahora por delante de nosotros, ello se debe a que su dirección es más inteligente y disfruta de legitimidad", añadió.
Según el economista, la base del NESPROG es "dar confianza y credibilidad" a la gente, que tendrá que ser el centro de toda estrategia económica.
"Es por eso que el FDS acepta el liberalismo económico, la iniciativa y la propiedad privadas como la forma más eficaz para reconocer los derechos individuales y en definitiva los derechos del pueblo en su conjunto".
Camerún necesita crear una fuerte base industrial y tiene una mala infraestructura de transportes y comunicaciones, que resulta imprescindible para poner en pie una economía moderna.
El sector de manufacturas, que está ocupado principalmente por el procesamiento de materias primas y el ensamblado de materias primas y componentes importados, representó 23 por ciento del producto interior bruto en los años 1993 y 1994.
El crecimiento económico fue fuerte en las tres décadas pasadas, y en especial en los años 80, cuando la exportación de petróleo era la principal fuente de ingresos.
A principios de esta década, sin embargo, la inestabilidad política y una corrupción generalizada en la administración pública, sumadas a una creciente deuda externa (estimada en 5.800 millones de dólares en 1993), produjeron un grave deterioro en la economía.
El FDS sostiene que el papel del Estado debería limitarse a crear un marco de política económica o un entorno regulador de la economía, dentro del cual la libre empresa tenga su lugar.
El frente opositor atribuye el mal desempeño económico del país a la hostilidad del gobierno del presidente Paul Biya hacia el empresariado, la cual se expresa a través de una intervención excesiva, una imposición pesada y una burocracia lenta. (FIN/IPS/tra-en/tm/pm/arl/ip/96