AMERICA CENTRAL: Atrapada entre la democracia y la pobreza

América Central hará su ingreso al próximo milenio atrapada entre la formalidad de una democracia y una pobreza agobiante, que lejos de extinguirse, amenaza con detonar en nuevos brotes sociales.

Si bien la región sellará el fin de siglo con una aparente pacificación, las causas que dieron origen a la guerra de los años 80 continúan vigentes y sin acciones reales de solución.

A nivel político, la región logró consolidar los procesos democráticos, fortalecer instituciones en materia de derechos humanos, justicia y procesos electorales, así como una lenta desmilitarización de la sociedad civil.

Sin embargo, este avance de la democracia política contrasta con una brecha social que tiene en la pobreza y tenencia de la tierra su principal talón de Aquiles.

Según el analista político Víctor Meza, la región vive una especie de divorcio entre los avances político-institucionales y el cumplimiento de una deuda social para aminorar la pobreza.

"Parece que se habla en lenguajes diferentes, porque la consolidación democrática a nivel institucional no camina en forma paralela con el cierre de la brecha social y eso es muy peligroso", dijo Meza a IPS.

Según informes de organismos de las Naciones Unidas, 76 de cada 100 centroamericanos viven en condiciones de pobreza, generada por una desigual distribución del ingreso primario y la concentración de la tierra en pocas manos.

A ello se suman las políticas de ajuste económico de corte neoliberal que centran su objetivo en el crecimiento económico sin reparar en la atención social y el desarrollo humano.

Un estudio que elabora la Fundación Arias para la Paz, con sede en Costa Rica, sobre las causas de los conflictos en América Central, apunta que la desigualdad social seguirá siendo de cara al próximo siglo un "grave problema" entre los centroamericanos.

El Salvador es considerado como un país con un "crecimiento empobrecedor". Más de la mitad de su población, 55 por ciento, radica en la zona urbana, con un fuerte desplazamiento desde el área rural, donde hace tres décadas se concentraba la mayoría de sus habitantes.

De acuerdo al analista salvadoreño Jorge Cáceres, citado en la investigación de la Fundación Arias, las políticas económicas aplicadas en San Salvador han concentrado la riqueza en unos pocos, mientras la mayoría presiona por acceso a los servicios básicos de salud, empleo, vivienda, alimentación y educación.

El Salvador, el más pequeño país de América Central, tiene una población de casi ocho millones de habitantes, que refleja una alta tasa de crecimiento poblacional.

De allí que el problema demográfico y migratorio que presenta se visualice como el eterno problema que en materia de fronteras y territorios tendrá con Honduras, una nación donde la tierra, la vegetación y la riqueza abundan.

El Salvador y Honduras sostuvieron en 1969 una guerra de 100 horas por causas limítrofes y migratorias. El problema fue sellado hace tres años mediante un fallo internacional, pero los roces sociales por tierras aún persisten en las fronteras.

Sin embargo, la constante que en materia social persiste a lo largo de los países centroamericanos es la inequidad en la distribución de la riqueza y la propiedad de la tierra, factores que pueden volver a convertirse en un detonante social.

En Nicaragua y Guatemala el problema de la tierra se remonta a la época colonial y se profundizó con las dictaduras. Si bien se visualiza una paz interna, el campo y la población indígena seguirán marcando la historia en estos países.

Al panorama se agrega también una creciente deuda externa centroamericana, que sólo en el caso de Honduras sobrepasa los 4.000 millones de dólares y absorbe 35 por ciento del presupuesto del Estado.

Según Meza, frente al problema de la deuda externa los países centroamericanos deben aprender a negociar con inteligencia, audacia e imaginación.

Estos requisitos, según el analista, no se ven en los actuales dirigente políticos del istmo, por lo que "tal vez llegó la hora de sustituir esta casta política por un liderazgo más moderno y vigente, capaz de negociar con dignidad".

Si no se concentran esfuerzos por erradicar la pobreza, aplicar ajustes estructurales acorde a la realidad de los países y acciones concretas en materia de gobernabilidad y negociación de deuda, América Central caerá nuevamente en los problemas sociales de hace una década, advirtió Meza.

A su juicio, el círculo vicioso de deuda, ajuste y pobreza debe romperse y encontrar un equilibrio para no llegar al nuevo milenio, "arrastrando los problemas de los siglos anteriores". (FIN/IPS/tm/jc/ip-pr/96

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