AFRICA: La sociedad civil se fortalece día tras día

La sociedad civil de Africa se propone ganar un papel más activo en las cuestiones de gobierno, y no le importa si los políticos del continente continúan tomando decisiones sin consultar a sus ciudadanías.

Derechos humanos, cuestiones de género, ambiente, vivienda, infancia y derechos sobre la tierra son apenas algunos de los asuntos respecto de los cuales las organizaciones cívicas africanas reclaman responsabilidad a los gobiernos.

"La gente siente cada vez con más fuerza que tiene derecho a opinar en asuntos de importancia nacional y que nuestras posiciones no tienen por qué ser canalizadas a través de parlamentarios o congresos", dijo Atsango Chesoni, de la filial de Kenia de la Federación Internacional de Abogadas (FIDA).

"Estamos legitimando gradualmente el derecho de la ciudadanía a tener un papel activo en la política y en cualquier ámbito", agregó Chesoni.

En países como Nigeria, donde los militares gobernaron durante la mayor parte de los 36 años de vida independiente, las organizaciones civiles se convirtieron en el principal canal a través del cual la ciudadanía emite sus opiniones.

"Las organizaciones no gubernamentales son el único sector que puede hablar por el pueblo, pues la mayoría de nosotros estamos intimidados por los militares", dijo un funcionario estatal que reclamó reserva sobre su identidad.

Ola Akagbosu, investigadora del Instituto Nigeriano de Asuntos Internacionales, opinó que las organizaciones de la sociedad civil africana se ha fortalecido porque son verdaderamente representativas de la opinión de los pueblos.

Al contrario que los gobiernos, que toman sus decisiones caprichosamente y sin consulta, los grupos cívicos "celebran seminarios y talleres de trabajo donde reciben los puntos de vista de diferentes segmentos de la sociedad antes de elaborar sus propuestas", explicó Akagbosu.

"Se ven obligadas por las circunstancias a emitir las opiniones de los ciudadanos. De algún modo, son la voz del pueblo", agregó.

Las organizaciones no gubernamentales asumieron este papel porque la mayoría de la población de Africa está, con frecuencia, demasiado atada a la lucha diaria por la supervivencia.

"Las organizaciones de la sociedad civil están a la vanguardia de las campañas contra las violaciones de los derechos a la vida y a la libertad de los ciudadanos", dijo Kolawole Olaniyan, del Proyecto Derechos Constitucionales de Nigeria.

"Con frecuencia, la ciudadanía no puede enfrentar esas violaciones por varias razones, entre ellas la pobreza, el temor a la represión de los militares y la falta de educación", opinó Olaniyan.

Durante la década del 70 e inicios de la del 80, el desafío a los muchos gobiernos de Africa procedía fundamentalmente de organizaciones estudiantiles y sindicales.

Los cambios en el escenario político y económico del continente en los últimos 10 años abrió mayores espacios para la participación popular, de acuerdo con distintos análisis.

"Muchos activistas de grupos cívicos se introdujeron en partidos políticos nuevos, y quienes se quedaron redefinieron el papel de sus organizaciones en base a la frustración que sentían frente al sistema partidario", dijo Maina Kiai, directora de la Comisión de Derechos Humanos de Kenia.

"Estamos encontrando soluciones en las iglesias, en las organizaciones no gubernamentales y hasta en las empresas, pero no en los gobiernos. Ahora sabemos que el gobierno no es omnisciente, omnipresente ni todopoderoso", agregó Kiai.

Los programas de reformas económicas que se propagaron en todo el continente crearon un clima en el cual los gobiernos se vieron obligados a ubicarse en el asiento de atrás, mientras los grupos civiles se vieron obligadas a llenar el vacío.

"No quiero decir que la liberalización es buena, pero tuvo algún impacto positivo. Antes, el gobierno estaba en todas partes. Ahora, la reducción de sus funciones permitió a la gente tomar el poder en sus manos", explicó Kiai.

"Ahora tenemos más confianza en nosotros mismos y somos más responsables respecto de nuestras propias vidas. La gente se dio cuenta de que tiene el poder en sus manos", agregó la activista.

Según los analistas, la tendencia continuará y los gobiernos africanos deberán afrontar no solo los reclamos de transparencia y democracia procedentes de la comunidad internacional, sino los que se producen dentro de sus países.

"Estos son los síntomas de una sociedad civil más sana y más vibrante, a la que el Estado no puede controlar", concluyó Chesoni. (FIN/IPS/tra-en/lwm/to/pm/mj/ip/96

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe