IBEROAMERICA: Venezuela defiende la "democracia práctica"

Venezuela defenderá en la sexta Cumbre Iberoamericana, los días 10 y 11 en Santiago de Chile, la búsqueda de una democracia "práctica, social, eficaz, que exceda el solo marco electoral", afirmó hoy el vicecanciller Milos Alcalay.

"Lo que buscamos es un modelo de sociedad inspirado en procesos democráticos, traducida en mejor calidad de vida para los trabajadores, es decir, libertad con desarrollo social", dijo Alcalay en entrevista con IPS.

Por otra parte, Caracas defiende las cumbres iberoamericanas "porque el sólo hecho de reunir a los jefes de Estado para sus debates abiertos y encuentros bilaterales y grupales impulsa la agenda regional y la de cada país", opinó Alcalay.

Venezuela, adicionalmente, recibirá en Chile el encargo de organizar la séptima cumbre, a fines de 1997 en su caribeña isla de Margarita, sobre el tema del soporte ético de la democracia.

La cumbre chilena se centra en el tema de la gobernabilidad democrática, después que las precedentes, desde 1991, examinaron la vigencia del derecho, el desarrollo económico y social y la agenda que debe soportarlo, la educación y la cultura.

También se ha debatido sobre el comercio, la integración y la educación como elementos para el desarrollo económico, social y humano, y en Santiago se insistirá en los mecanismos apropiados de concertación y cooperación entre iberoamericanos.

La cita de Santiago resultará, para 13 de sus protagonistas latinoamericanos, un puente entre la Cumbre del Grupo de Río, el mes pasado en Cochabamba, Bolivia, y la de América, prevista para diciembre en Santa Cruz, también en Bolivia.

La sucesión de cumbres, más las reuniones presidenciales subregionales, deja la sensación de que se multiplican decisiones luego pendiente de traducción en términos concretos y domésticos.

"Pero en realidad los temas se repiten, son los mismos", observó el canciller venezolano Miguel Angel Burelli, defensor de la cita como "examen de las nuevas alineaciones en el mundo".

Alcalay sostuvo que "se critica que haya demasiadas cumbres, por la creencia de que un ritmo más lento de ellas permitiría asimilar mejor las decisiones", pero aseguró que "responden al reto de una dinámica internacional indetenible".

"Antes los técnicos, los asesores y los ministros preparaban todo, hasta los más mínimos detalles, para indicar a los mandatarios reunidos por donde debían ir, pero ahora la pirámide se ha invertido y son los gobernantes los que discuten y nos dicen a los funcionarios qué hacer", dijo Alcalay.

Por ejemplo, "no podemos contar con la contribución de los técnicos como único pasaporte para la gobernabilidad" buscada, pues "se requiere el compromiso y la voluntad política que expresan los presidentes en sus cumbres".

Lo que debería ocurrir, a su juicio, es que las reuniones de los mandatarios y ministros de la región adquiriesen fluidez, rutina, como las de la Unión Europea, "para que dejen de ser algo extraordinario y sean un hecho sencillo en la búsqueda cotidiana de integración latinoamericana".

El capítulo chileno "será la búsqueda de una democracia más eficiente, con lo social como componente de lo democrático y con más calidad de vida para los trabajadores", dijo Alcalay.

En Santiago, el aporte venezolano "será nuestro esfuerzo por poner orden en casa, con sinceración económica tras el colapso bancario, profundización de reformas y privatizaciones, colocar el acento en lo social y la búsqueda del equilibrio mediante el diálogo entre fuerzas sociales", postuló.

Venezuela vivió en 1994 la peor crisis bancaria de su historia y en abril de 1996, tras dos años de gestión económica errática, el presidente Rafael Caldera adoptó un programa de corte neoliberal, incluida la aceleración de privatizaciones.

También será Venezuela anfitriona de la cumbre de 1997, dedicada a los aspectos éticos de la democracia, "pues buscamos un nuevo orden ético internacional, como componente inseparable del desarrollo social y humano", dijo Alcalay.

"Esgrimimos los valores de la ética frente a la corrupción, la correcta acción ciudadana frente a la deshonestidad, la justicia social frente a la injusticia y la pobreza, y un ambiente sano frente a la depredación que deja un planeta desastroso", postuló.

Más aún, la democracia "debe reivindicar los valores de la paz frente a la violencia y el terrorismo, los derechos humanos frente a su violación, nuestros valores étnicos frente a la segregación, y la sociedad sana frente al narcotráfico".

Venezuela promovió la adopción, en febrero de 1996 en Caracas, de una convención interamericana contra la corrupción, basada en negar asilo político a los sindicados de ese delito, procurar su extradición y confiscar los bienes que obtuvieron delinquiendo.

Finalmente, Alcalay defendió la reunión de los iberoamericanos porque "América Latina tiene varias vocaciones, como la ibérica, que tenemos todo el derecho de explotar, eurolatinoamericana, si incorporamos al Caribe de habla inglesa, francesa y holandesa, y hemisférica, que ya abordamos sin complejos". (FIN/IPS/hm/ag/ip/96

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