El estallido de una bomba que desconocidos lanzaron hoy desde un taxi en los tribunales de justicia de Honduras dejó como saldo un muerto y al menos 14 personas heridas.
El Fiscal del Estado, Edmundo Orellana, condenó el hecho y atribuyó su autoría a sectores opuestos a la lucha contra la impunidad y miembros de la delincuencia organizada.
"Debemos cerrar filas contra estos sectores que no quieren justicia en el país en momentos que efectuamos cateos de robos de vehículos a bandas organizadas y se agilizan casos de corrupción", dijo Orellana.
Según la Fiscalía, por estas acciones ha recibido en la última semana amenazas de muerte y de bombas para que abandonen la investigación de los casos de robo de vehículos y corrupción en la pasada administración.
La bomba de este jueves es la décima que detona en Honduras en este año. Las últimas dos estallaron en octubre en las sedes del Banco Central y el Congreso.
Un autodenominado grupo "Hambre" de origen desconocido se adjudicó los últimos dos atentados y amenazó incluso con matar a varios parlamentarios si continuaban las políticas de ajuste iniciadas hace seis años en el país. (FIN/IPS/tm/ag/ip/96
