La posición que se ha impuesto en los trabajos preparatorios de la VI Cumbre Iberoamericana es el "involucramiento" de Fidel Castro en la democratización de Cuba, y por lo tanto, contraria al bloqueo y la ruptura, explicó hoy una alta fuente diplomática chilena.
Los otros mandatarios que participarán este domingo y el lunes en Cumbre organizada en Chile rechazarán el embargo que Estados Unidos aplica a Cuba, tratarán a Castro como a un igual e intentarán comprometerlo en la democratización de su país.
Los jefes de Estado y de gobierno de 19 países de América Latina y de los de España y Portugal darán un decisivo paso al frente en materia de cooperación política y, en especial, de apoyo, consolidación y desarrollo de la democracia, añadió la fuente.
En anteriores conferencias fue también condenado el embargo contra Cuba y se solicitó la democratización del país caribeño, en una fórmula de "ayudar a ser ayudado". Esta vez, los mandatarios han decidido avanzar otro paso, pues establecerán mecanismos para que esa ayuda sea efectiva en ambos sentidos.
Respecto de Cuba, pero también de otros países de la comunidad, el documento a firmarse destaca la decisión de crear un mecanismo para trabajar y verificar el cumplimiento de todas sus resoluciones, entre ellas la de desarrollar la democracia en las 21 naciones iberoamericanas.
El documento que los mandatarios suscribirán el lunes, y al que tuvo acceso IPS, dice al respecto: "Encomendamos a nuestros colaboradores (los ministros) que establezcan un mecanismo de trabajo y seguimiento de estas acciones", enumeradas previamente y entre las que se destaca el desarrollo de la democracia.
Debe quedar claro que "una de las prioridades es la participación activa de la gente en los procesos democráticos", dijo el director de política exterior de Chile y organizador de la Cumbre, Fabio Vío.
El documento señala también que los elementos fundamentales de la democracia son "la independencia de poderes, su mutuo control, la adecuada representación y participación de mayorías y minorías, la libertad de expresión, y las elecciones libres, periódicas y transparentes de los gobernantes".
La tesis del "involucramiento" es rechazada por los sectores más radicales de la disidencia cubana y apoyada por otros, como el exiliado presidente de la Democracia Cristiana de Cuba, José Ignacio Rasco, quién al preguntársele sobre una transición a la democracia con Castro, contestó: "Y, ¿por qué no"?.
Respecto de Cuba, los mandatarios reiterarán, y de manera más explícita y dura que en la V Cumbre (Bariloche, 1995), su condena de la ley Helms-Burton, promulgada por Estados Unidos para fortalecer y ampliar el bloqueo a la isla.
En la sureña ciudad argentina de Bariloche, el caso de la ley Helms-Burton fue introducido por el presidente de Colombia, Ernesto Samper, en atención a que esa norma estadounidense perjudica no sólo al país caribeño sino también a otros.
En esta sexta conferencia, los mandatarios dirán que esa ley "viola principios y normas del derecho internacional y de la carta de las Naciones Unidas, contraviene los de la Organización Mundial del Comercio y es contraria al espíritu de cooperación y amistad que debe caracterizar las relaciones de todos los miembros de la comunidad internacional".
La presencia de Castro en la cumbre capitalizó, al igual que en las anteriores, la atención de los medios de comunicación y provocó la organización de manifestaciones en su favor y en contra.
A favor se registrará un acto público el domingo, y Castro realizará varios contactos con los líderes de partidos políticos progresistas, sin descartar una reunión especial con representantes de la gobernante Democracia Cristiana.
En contra se manifestaron este sábado la derecha y unos 200 cubanos exiliados que llegaron desde Miami.
Al pisar tierra chilena este sábado, Castro, de traje oscuro, manifestó satisfacción por encontrarse nuevamente "en este extraordinario país que visité por primera vez hace exactamente 25 años".
"Traigo -añadió- los saludos más cálidos y democráticos del pueblo cubano al chileno y espero que la Cumbre sea un éxito para honor y gloria del pueblo de Chile".
En Chile no se registrarán diferencias con las acciones preparadas en las cinco cumbres anteriores para destacar la presencia de Cuba. En cambio, sí la habrá en cuanto a la relación de Castro con las Fuerzas Armadas locales.
En Bariloche, Castro, quien también vistió traje civil, mantuvo una animada conversación con el general Martín Balza, jefe del ejército argentino. Ambos fueron fotografiados con una copa de vino en la mano, dialogando amigablemente en una recepción oficial.
Esa escena, presenciada por los restantes mandatarios y los invitados a la recepción que se realizó en la Escuela de Alta Montaña del Ejército argentino, no se repetirá en esta ocasión.
El ex dictador y todavía comandante en jefe del ejército de Chile, Augusto Pinochet, junto a sus colegas de la fuerza aérea y la armada, abandonaron Santiago. Fueron al norte del país para realizar maniobras en la frontera con Bolivia y Perú, que terminarán después del cierre de la Cumbre.
Su presencia en las maniobras les evitará encontrarse con Castro en los actos oficiales.
Y los ejercicios militares frente a la frontera de dos países con los que Chile se enfrentó en guerra en el siglo XIX parece demostrar la pervivencia en América Latina de planes de defensa sustentados por una filosofía contraria a la que impulsan los mandatarios iberoamericanos en materia de gobernabilidad.
Pinochet comanda maniobras en una zona considerada durante todo el siglo como foco de probable conflicto con sus vecinos. Por el contrario, los ejércitos de Argentina y Brasil, en una actitud considerada histórica, realizaron a principios de octubre maniobras conjuntas para la eventual participación en programas de paz.
Esta semana, responsables los ejércitos argentino y brasileño afirmaron que es muy posible constituir un ejército binacional, en claro abandono de las tesis que consideraban al otro como el principal enemigo potencial. (FIN/IPS/af/ff/ip/96