Los mandatarios de la Comunidad Iberoamericana de Naciones coinciden en que los problemas globales, aquellos que trascienden las fronteras de los países, exigen una nueva gobernabilidad internacional.
Los 23 jefes de estado y de gobierno iniciaron este domingo su VI Cumbre en Santiago, que será clausurada el lunes en la ciudad balnearia de Viña del Mar, 120 kilómetros al oeste de la capital.
Los líderes iberoamericanos se pronunciarán por la reforma de las Naciones Unidas, tomarán posiciones en aspectos concretos y se comprometerán a acciones comunes que faciliten la resolución de problemas globales.
El presidente de Chile, Eduardo Frei, señala que la gobernabilidad "exige enfrentar, de manera conjunta, problemas tan acuciantes como el narcotráfico y el terrorismo, favoreciendo al mismo tiempo el libre tránsito entre los ciudadanos de los distintos países".
También, añade, es necesario promover las regulaciones legales y las vastas inversiones de capitales necesarias para impulsar un desarrollo equitativo.
Por gobernabilidad internacional se entiende la acción de los estados en la solución de problemas transfronterizos y en la regulación de actividades para impedir el surgimiento de conflictos.
Esa capacidad de acción ha ido mermando en los últimos años, de manera paralela al desarrollo del proceso de globalización de las relaciones económicas y financieras internacionales.
Los Estados se han mostrado prácticamente impotentes para impedir tormentas monetarias, como el "tequilazo" originado en diciembre de 1994 México, el tráfico ilegal de drogas, armas y capitales, el lavado de dinero sucio y las presiones migratorias.
Al respecto, la canciller de Colombia, María Emma Mejía, destaca que "hay que poner las estrategias de integración a nuestro servicio y no de que permitamos que el fenómeno de la globalización nos fije nuestro destino".
El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, expresa una opinión coincidente, al señalar que "los rumbos de la globalización deben ser guiados políticamente".
Por ello, añade Cardoso, "no podemos renunciar al ideal de un Estado cuyo poder sea el necesario para colocar la cuestión social como una prioridad".
Antonio de Oliveira Gutérres, primer ministro de Portugal, sostiene que es necesario establecer un nuevo sistema de responsabilidad colectiva internacional capaz de enfrentar los riesgos de que la globalización sea acompañada por la pobreza y la exclusión social.
Según de Oliveira Gutérres, cuya posición es compartida por los demás mandatarios, este sistema debe comprender "mecanismos de asistencia financiera", y sobre todo hacer que "la política vuelva a estar en el centro del proceso de decisiones".
El secretario permanente del Sistema Económico Latinoamericano (SELA), Carlos Moneta, invitado especial a la cumbre, pone énfasis en afirmar que ela gobernabilidad internacional "se refiere al buen manejo de la moneda, el comercio y las finanzas, los tres pilares de la economía mundial".
Los mandatarios suscribirán el lunes la Declaración de Viña del Mar, en cuyo último borrador se advierte una condena de la Ley Helms-Burton más dura y explícita de la realizada en la Quinta Cumbre, en Bariloche, 1995.
Esta vez, incluso se instará al presidente de los Estados Unidos Bill Clinton a que la aplique esta ley que castiga a terceros países que comercien con Cuba o inviertan en la isla.
Otros acuerdos de esta sexta cumbre comprometerán esfuerzos comunes para enfrentar el narcotráfico y el lavado de dinero sucio, así como actividades de cooperación. (FIN/IPS/td-ggr/ip