El presidente de Cuba, Fidel Castro, llegó hoy a esta capital para participar en la VI Cumbre Iberoamericana con un saludo solidario para el pueblo de Chile y formulando votos por el éxito de este encuentro de gobernantes de 21 países.
El arribo del líder cubano fue la nota más destacada de la víspera del comienzo de la cumbre de jefes de Estado y de gobierno, que será clausurada el lunes en el balneario de Viña del Mar, 120 kilómetros al oeste de Santiago.
Castro llegó al aeropuerto internacional de Santiago a las 15.30 GMT en un vuelo de Cubana de Aviación y fue recibido por el ministro de Economía de Chile, Alvaro García, y el intendente de Santiago, Germán Quintana.
Un destacamento de la Fuerza Aérea rindió los honores militares al mandatario cubano, cumpliendo con el protocolo previsto para todos los gobernantes asistentes a la cumbre.
Con la llegada de Castro a las 11.30 hora local se desvirtuaron las versiones de que su arribo podría ser programado en un horario nocturno o de madrugada ante el supuesto desagrado de los militares chilenos para rendirle honores.
En un breve discurso de saludo, el líder cubano expresó su "satisfacción por encontrarme de nuevo en este extraordinario país que visité por primera vez hace exactamente 25 años".
Castro realizó en 1971 una visita de 24 días a Chile, como huésped del entonces presidente socialista Salvador Allende, derrocado en septiembre de 1973 por el general Augusto Pinochet, quien rompió de inmediato relaciones diplomáticas con Cuba.
"Traigo los más cálidos y solidarios sentimientos del pueblo cubano al pueblo de Chile. Que esta cumbre sea un éxito para honor y gloria de Chile", dijo Castro, cuya presencia en este país es rechazada por grupos de extrema derecha y cubanos anticastristas venidos desde Miami.
Este sábado se realizó la reunión de cancilleres de los 19 países latinoamericanos y de España y Portugal, para dar la revisión final al texto de la Declaración de Viña del Mar, que será suscrita solemnemente el lunes en el palacio presidencial de Cerro Castillo.
"Esto se ha transformado en un foro político de la mayor trascendencia para la región. Nuestro país está orgulloso de ser anfitrión de la Cumbre Iberoamericana", dijo el canciller de Chile, José Miguel Insulza, al abrir la reunión.
Los ministros examinaron el texto de la Declaración de Viña con las últimas modificaciones introducidas por los coordinadores técnicos de las cancillerías iberoamericanas, que estuvieron reunidos en Santiago el jueves y viernes.
La Declaración de Viña del Mar tiene como postulado eje el tema central de esta cumbre: la gobernabilidad para una democracia eficiente y participativa, con vistas a fortalecer los regímenes civiles en América Latina.
A la cumbre asisten los presidentes de 19 países latinoamericanos, así como los jefes de Estado y de gobierno de España y Portugal, con un total de 23 dignatarios participantes.
En el marco de la cita de cancilleres, el ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, Antonio Araníbar, informó que fue aprobado dentro de los proyectos de cooperación de la comunidad iberoamericana la creación del Fondo Indígena, propuesto por su país.
Este fondo, que cuenta con aportes del Banco Interamericano de Desarrollo, buscará ampliar sus recursos con organismos multilaterales para apoyar proyectos de autodesarrollo de los pueblos indígenas de la región.
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Roberto Robaina, señaló que esta cumbre es una oportunidad para "profundizar los problemas que tenemos como región y ver como los popdemos solucionar todos juntos".
Robaina calificó las manifestaciones en contra de Castro como "parte de una maniobra, una orquesta que se ha hecho tan de rutina que estamos acostumbrados y no nos resulta nada interesante ni preocupante". (FIN/IPS/ggr/ff/ip/96