La visita a Brasil del primer ministro de China, Li Peng, que concluyó hoy en la Amazonia consolida un acercamiento basado más en la cooperación tecnológica que en el comercio.
Los dos países decidieron constituir una empresa binacional, con sede en Washington, para vender imágenes e informaciones obtenidas por los satélites que están construyendo en conjunto.
Li Peng ratificó el viernes en Brasilia, al iniciar su visita y encontrarse con el presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso, el Programa de ambos países, que prevé el lanzamiento de cuatro satélites de observación de recursos terrestres.
El objetivo consiste en reducir la dependencia de China y Brasil de satélites de países ricos, para recolección de datos importantes para agricultura, mineria, medio ambiente y otras actividades que exigen informaciones cartográficas y geológicas.
El primero deberá ser lanzado a fines de 1997 desde la base china de Shanxi. El acuerdo inicial, firmado en 1988, se limitaba a dos satélites, a un costo de 150 millones de dólares, de los cuales Brasil aportaría 30 por ciento. El programa se amplió durante la visita de Cardoso a China el año pasado.
Los dos nuevos satélites, a lanzar en el comienzo del próximo siglo, tendrán tecnología para competir con Estados Unidos y Francia, que dominan el mercado mundial, aseguró Marcio Nogueira Barbosa, director del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), la contraparte brasileña en la ejecución.
Durante la visita de Li Peng y su comitiva al INPE, este domingo, se anunció la preparación de una tercera fase del programa conjunto, con satélites más complejos, destinados a telecomunicaciones e informaciones meteorológicas.
Para eso se constituyó un grupo de trabajo que examinará las alternativas para el nuevo proyecto. Otra comisión estudiará el mercado potencial que la empresa binacional deberá explorar.
Nogueira Barbosa estimó en 6.000 millones de dólares anuales el mercado mundial para informaciones y servicios prestados a partir de los satélites.
Brasil espera no sólo ahorrar los dos millones de dólares que gasta por año actualmente, en la compra de datos de satélites extranjeros de monitoreo de recursos terrestres, sin pasar a vender, junto con China.
China invierte mil milones de dólares anuales en investigaciones espaciales e incrementará esa suma, informó el responsable del sector, Liu Jiyuan. Brasil es el socio elegido en el hemisferio Sur, en un nivel de cooperación sólo comparable a la desarrollada con Alemania y Francia.
La alianza entre los dos países emergentes, que disputan mayor protagonismo en la economía y la política mundial, se firma así en un sector de tecnología avanzada y grandes perspectivas futuras.
Mientras, el comercio bilateral se acerca a sólo 2.000 millones de dólares anuales, cifra insignificante en relación al tamaño de los dos países y sus potencialidades, reconocieron Li Peng y Cardoso.
Además, hay quejas de ambas partes en el intercambio. Brasil adoptó recientemente medidas restrictivas a la importación de siete productos chinos, como textiles, juguetes, candados y ajo, acusados de perjudicar la producción nacional por utilización de prácticas comerciales desleales.
Pese a las quejas de Brasil, el país obtiene superávit en el comercio bilateral, que alcanzó 1.434 millones de dólares de enero a agosto de este año. Las exportaciones brasileñas superaron a las chinas en 129 millones de dólares.
Con el fuerte crecimiento de la economía y la demanda china, Brasil aparece como posible proveedor de alimentos. Durante la visita, Li Peng visitó un centro de investigaciones cerca de Brasilia, donde se desarrollan tecnologías importantes para el incremento de la productividad agrícola.
El ministro de Agricultura chino, Liu Jiang, manifestó el interés de su país en adquirir tierras en Brasil para la producción de alimentos destinados a su mercado, repitiendo una iniciativa que ya desarrolla Japón hace más de dos décadas.
La cooperación tecnológica entre los dos países se extiende a la electricidad. La Compañía Paranaense de Energía, del estado brasileño de Paraná, fue contratada para evaluar la viabilidad de la hidroeléctrica de Shui Bu Ya, en la provincia central china de Hubey, con capacidad para dos millones de kilovatios.
La empresa ya construyó cuatro centrales y es considerada una de las más eficientes de Brasil, que tiene gran experiencia en grandes hidroeléctricas.
"Con este primer contrato queremos ampliar nuestra actuación en China, que es aún un país a oscuras y cuya demanda de energía empieza a enfrentar problemas, ante el rápido desarrollo industrial", señaló Ingo Hubert, presidente de la Compañía Paranaense. (FIN/IPS/mo-gl/ag/ip-en/96