AMERICA CENTRAL: El desafío de lograr la seguridad alimentaria

La desigual distribución de la riqueza, las barreras proteccionistas impuestas por el Norte industrial y los límites de un modelo económico que desalienta la producción son las grandes vallas que los países de América Central deben superar para lograr la seguridad alimentaria.

Representantes gubernamentales y de la sociedad civil de América Central señalaron que estas premisas son el gran reto para los jefes de Estado y de gobierno que asistan en Roma a la Cumbre convocada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), del 13 al 17 de este mes.

El director de relaciones internacionales del Ministerio de Desarrollo Agropecuario de Panamá, Alfredo Acuña, dijo a IPS que los gobiernos de América Central propondrán en Roma una serie de medidas orientadas a resolver ese problema.

Acuña sostuvo que entre los países de la región "existe una total coincidencia" en que los tres pilares de la seguridad alimentaria "son la producción de alimentos, su distribución sostenida y el acceso a esos alimentos por parte de los sectores más pobres de la población".

Dentro de la parte que corresponde a la producción se toma en cuenta la parte local, "pero también la compra de aquellos alimentos que no producimos en base a los ingresos por nuestras exportaciones", acotó.

Por ello -según el funcionario- las propuestas que emanen de la Cumbre tienen que estar orientadas a resolver el problema de la pobreza -que afecta a más de 60 por ciento de los centroamericanos- la distribución de la riqueza, el acceso a los mercados externos y el desarrollo tecnológico.

Sin embargo, Acuña afirmó que en la subregión y el resto de América Latina existe preocupación por los subsidios y barreras proteccionistas no arancelarias que están aplicando los países ricos para impedir el libre acceso de productos a sus mercados.

Citó el caso de las exportaciones de carne panameña a Estados Unidos, actualmente clasificada en la categoría R1 (riesgo uno), debido a la epidemia de fiebre aftosa existente en Colombia.

"Todo el mundo sabe que Panamá está libre de fiebre aftosa, pero de todos modos nos aplican la clasificación para impedir el ingreso de nuestra carne a ese mercado con el pretexto de nuestra cercanía con Colombia", dijo Acuña.

El ministro panameño señaló que, pese a la globalización, en el mundo persisten los mismos problemas que había en el pasado con las barreras arancelarias y no arancelarias que aplicaban los países ricos para proteger sus mercados.

Subrayó que frente a ello la posición de los latinoamericanos es que se cumplan integralmente los acuerdos de la Ronda Uruguay del Gatt sobre libertad de comercio aprobados en 1994.

Eso, según Acuña, se traduce en "la profundización y liberalización de los mercados internacionales para productos agropecuarios, y un mayor acceso a los mercados de los países desarrollados para la exportación de productos de los países en vías de desarrollo".

La implementación de proyectos de desarrollo rural sostenibles también forma parte de las iniciativas que propondrá la región en la Cumbre de Roma, dijo Acuña.

Sin embargo, Julio Bermúdez, dirigente de la no gubernamental Asociación de Organizaciones Campesinas Centroamericanas para la Cooperación y el Desarrollo (Asocode), puso en duda que la Cumbre tenga resultados prácticos para los países de la región.

"Se trata de una cumbre de jefes de Estado y de gobierno, y pienso que hay incongruencia entre los esfuerzos que hace la FAO, que son realmente importantes, y los acontecimientos que acaban de darse con relación a la OMC (Organización Mundial del Comercio)", dijo Bermúdez a IPS.

Consideró que los gobiernos van a acatar los acuerdos de la OMC, que a su juicio se orientan "al cumplimiento de la política de ajuste estructural y a la globalizacion del comercio".

"Si las cosas son así, entonces podemos resumir que los esfuerzos por erradicar el hambre y la pobreza en el mundo, y particularmente en América Central, van a ser nulos" durante la Cumbre, precisó el dirigente de 1,4 millones de pequeños y medianos agricultores de la región.

Bermudez indicó que ese problema se agrava por el hecho de que los gobiernos de la región han retirado de sus agendas todo lo que signifique acceso a la tierra por parte de los pequeños y medianos productores, que aportan 20 por ciento de la producción de alimentos en América Central.

En el caso de arroz, maíz y frijoles, que constituyen la alimentación básica de los 30 millones de centroamericanos, indicó que los miembros de Asocode producen el 70 por ciento de toda la producción de América Central.

"Los programas de reforma agraria, que antes garantizaban la incorporación de los campesinos al ciclo de producción, están en una etapa de desmonte total en países como Nicaragua, Panamá, El Salvador y Honduras", precisó el dirigente de Asocode.

Bermúdez afirmó que su organización está de acuerdo en que hay que hacer más eficiente la actividad productiva y en que el agro se modernice, "pero eso no es posible con los mecanismos que se están ofreciendo, los cuales sólo son accesibles a los agricultores medios y grandes".

Precisó que si los pequeños productores carecen de tierras, créditos, mercados y tecnología, y por otro lado, los elevados índices de pobreza impiden a la mayoría de la población tener acceso a los alimentos, "no va a ser posible cumplir con los resultados que emanen de la Cumbre". (FIN/IPS/sh/ag/dv/96

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