Delegados de 130 países iniciaron hoy en la capital de Costa Rica una reunión de dos semanas para adoptar nuevas medidas de protección a la capa de ozono, cuyo deterioro aumenta, pese a la disminución del uso de sustancias que la destruyen.
Los participantes también decidirán cuánto dinero se destinará a la reducción y eliminación de esas sustancias en los países en desarrollo.
Las decisiones serán negociadas en la fase técnica de la Cuarta Conferencia de las Partes del Convenio de Viena y la Octava del Protocolo de Montreal, y adoptadas en la fase ministerial, del 25 al 28 de este mes.
En materia de financiación, el Norte industrial y el Sur en desarrollo tratarán de acordar los recursos a entregarse al Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal, encargado de financiar los programas de reducción y eliminación de productos perjudiciales para el manto de ozono.
La tarea ya fue completada en 1995 en el Norte, pero en el Sur, la reducción del empleo de esas sustancias, principalmente los clorofluorocarbonos (CFC) se realizará entre el 2000 y el 2005, y la eliminación se concretará en el 2010.
Los CFC, empleados en aerosoles y refrigeración, son causa fundamental de la destrucción de la capa atmosférica de ozono, que constituye el filtro natural de la radiación solar ultravioleta.
El Panel de Asesoramiento Técnico y Económico del Protocolo de Montreal propuso un fondo de 436 millones de dólares para llevar a cabo la tarea en los países del Sur, con 60 millones de dólares extras para acelerar el proceso en algunas zonas.
Pero los países del Sur y unas 35 organizaciones no gubernamentales (ONG) que asisten a este encuentro consideran que esos recursos serán insuficientes.
René Castro, ministro de Ambiente de Costa Rica, advirtió que el monto de la financiación reservada para el Fondo Multilateral definirá si sólo habrá dinero para detener el crecimiento del agujero de ozono o si será posible también reducirlo.
La reunión de San José sobre el ozono comenzó con buenas y malas noticias en materia técnica.
Según Nelson Sabogal, científico de la Secretaría de Ozono de la Organización de Naciones Unidas, el resultado de las medidas tomadas contra el uso de los CFC no podrá advertirse hasta el próximo siglo.
Sabogal dijo que a partir de 1990 se empezó a observar una disminución de la concentración de varias clases de CFC, y disminuye el uso de metilcloroformo, otra sustancia agresiva para la ozonósfera.
Pero paralelamente, aumenta el empleo de hidroclorofluorocarbonos (HCFC), sustancias que surgieron como alternativa a los CFC, junto con los hidrocarburos, que si resultan inofensivos.
El creciente uso de los HCFC también fue señalado como un hecho negativo por John Whitelaw, consejero especial de la directora ejecutiva del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
El empleo de los HCFC fue propuesto como alternativa porque, si bien afectan el manto de ozono, su impacto es menor que el de los CFC, explicó Sabogal.
Se trata de sustancias controladas dentro del Protocolo de Montreal y según se estableció, se eliminarán en el 2010 en los países industrializados y en el 2040 en las naciones en desarrollo.
A pesar de que el uso de muchas sustancias dañinas se ha frenado, el adelgazamiento del escudo de ozono continúa en aumento.
Sabogal informó que el deterioro es entre cinco y seis por ciento cada decenio en el Norte, de cinco por ciento en el Sur y de agosto a noviembre ha llegado a 70 por ciento sobre la Antártida.
La Alianza Internacional de ONG para la protección de la capa de ozono, que reúne unos 35 grupos, expresó preocupación ante la extensión sin precedentes del agujero sobre la Antártida.
Las ONG presentarán en San José cuatro sugerencias básicas: que la asignación de recursos para el Fondo Multilateral sea mayor a la planteada por el Panel de Asesoramiento Técnico y Económico, porque esa suma es insuficiente.
En segundo término, proponen que dentro del Fondo, se conceda prioridad a la adopción de tecnologías neutras en materia de adelgazamiento de la capa de ozono y de calentamiento global, o que no crean problemas ambientales adicionales.
Se trata de evitar que el Fondo Multilateral continúe apoyando el desarrollo de tecnologías agresivas para la capa de ozono, explicaron los proponentes.
Al respecto, señalaron que el Fondo financió con cinco millones de dólares a la Corporación Multibrás, de Brasil, para que sustituyera los CFC que utilizaba en la fabricación de refrigeradoras domésticas convirtiéndolos en HCFC, que también tienen efecto nocivo, aunque menor que los primeros.
El 41 por ciento de las acciones de Multibrás, según las ONG, pertenecen a la estadounidense Corporación Whirpool.
Las organizaciones civiles también pretenden que las conferencias iniciadas en esta capital aceleren la eliminación del bromuro de metilo, un producto utilizado en el mundo entero como nematicida para evitar que los granos de exportación sean atacados por plagas.
Finalmente, buscan que las partes (los gobiernos) acaben con el uso de los CFC contenidos en los inhaladores de uso médico para enfermedades respiratorias, porque existen sustitutos para ese propósito. (FIN/IPS/mso/ff/en/96