Agencias internacionales y de Tanzania unidas para ayudar a miles de personas obligadas a huir de los combates en el este de Zaire enfrentan la dura presión de la ola de miles refugiados.
Cuando el primer grupo de 1.000 personas llegó el fin de semana pasado a Kigoma, un puerto en la costa tanzania del lago Tanganika, fue alojado en un área rápidamente asignada por las autoridades "para que los refugiados descansen un poco".
Desde entonces, más y más fugitivos de los combates entre soldados del ejército de Zaire y tutsis llegan a Kigoma. Esta semana, más de 8.000 cruzaron el lago desde la provincia de Kivu en Zaire, hacia la ciudad del noroeste de Tanzania.
Ahora se aprietan en el único estadio de deportes de Kigoma, con guardia policial. Algunos de los refugiados duermen a la intemperie. Otros construyeron refugios precarios con cartón y plástico.
Las condiciones pronto dejarán de ser higiénicas, a medida que agua sucia del lavado de vajilla y restos de alimentos fueron arrojados al campo, que este jueves albergaba a 8.838 personas.
"Un campo de refugiados no es un hotel cinco estrellas", dijo Vicente Kwesi Parker, encargado de relaciones públicas de la oficina en Tanzania del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en referencia a las condiciones de vida en el estadio.
Parker dijo a IPS que el estadio sólo brinda un refugio de emergencia para que los refugiados tengan tiempo de reaccionar ante la crisis.
El Programa Mundial de Alimentos, ACNUR y varias organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales se apuraron a trasladar provisiones a Kigoma para los refugiados, algunos de los cuales requirieron atención médica inmediata para tratar heridas de bala.
Las ONG involucradas en el operativo incluyen a Oxfam, Caritas, la Federación Luterana Mundial, el Comité Internacional de la Cruz Roja, Africare y el Servicio Cristiano de Refugiados de Tanganika.
Según Parker, "el tema en juego no es una cuestión de recursos, sino de desarrollar programas que puedan ser razonablemente llevados a cabo en varios campos en el oeste de Tanzania".
El estadio es utilizado temporalmente para albergar a los refugiados, y el gobierno de Tanzania designó nuevos sitios más adentrados en su territorio.
Ya hay cuatro campos de refugiados en las regiones de Kagera y Kigoma, en la frontera con Ruanda, Burundi y Zaire, países en los cuales conflictos políticos y étnicos desplazaron a cientos de miles de personas en los últimos dos años.
Según los refugiados en Kigoma, la situación de seguridad empeoró en las ciudades de Bukavu y Uvira, tomadas por los rebeldes en las últimas semanas, y las pequeñas embarcaciones que trasladaban a los desplazados por el lago hacia Tanzania ya no pueden operar libremente.
Esto elevó los precios cobrados para cruzar el lago. El precio por pasajero equivalía en principio a cinco dólares, mientras este jueves costaba 100 dólares. Además, los comerciantes en Kigoma se aprovecharon de las crisis para aumentar los precios de alimentos como porotos y arroz.
A medida que los refugiados aguardan la transferencia a los nuevos campos, autoridades de Tanzania cruzaban los dedos en la esperanza de que nuevos desplazados no molestaran a las comunidades de la zona, como sucedió en el este de Zaire, donde ex oficiales del ejército de Ruanda y milicias hutu atacaron a la población local.
Refugiados de Burundi y Ruanda en campos del noroeste de Tanzania han sido con frecuencia acusados de robar ganado, cazar ilegalmente y violar y asesinar a personas que viven en áreas vecinas. (FIN/IPS/tra-en/ar/kb/lp/pr-ip/96