Temeroso de la inestabilidad política resultante si empeora la pobreza en Africa subsahariana durante la próxima década, el Banco Mundial aseguró que está empeñado en mejorar las condiciones de la región.
En un informe dado a conocer este miércoles, el banco dijo que la reducción de la pobreza "es buena economía y buena política" y, por lo tanto, debe ser el centro de cualquier estrategia económica y de desarrollo social.
El informe, titulado "Acción para reducir la pobreza en Africa subsahariana", indicó que lograr ese objetivo implica mucho más que un simple crecimiento económico.
Callisto Madavo y Jean-Louis Sarbib, vicepresidentes del banco para Africa, dijeron que no se trataba de un vuelco de la situación ni se aportaban soluciones novedosas. Como indicó Sarbib, el documento no es "un informe eureka" sino un compromiso de profundizar más el problema de la pobreza.
El documento es denso con apelaciones de principios, tales como "hacer de la pobreza, el género y los temas ambientales el núcleo de estrategias macroeconómicas y sectoriales".
Insta a los empleados del banco asegurarse que afrontan esas cuestiones, de las cuales son responsables, con dedicación en cada préstamo y proyecto, y tambien un atisbo de sentido político, e insiste que deben consultar a grupos no gubernamentales locales y autoridades en el diseño de los proyectos.
Sin embargo, Sarbib admitió que "existe una tensión entre participación, que toma tiempo, y transferir dinero".
La fuerza de tareas de desarrollo social del banco recomendó recientemente que debe comprobarse su impacto en la sociedad antes de realizar ciertos proyectos, para minimizar el perjuicio y optimizar la bondad de las iniciativas de la institución.
Sarbib inspiró poca confianza entre observadores de ONG y notó muecas sarcásticas en algunos empleados. No obstante, afirmó ser partidario de operaciones manejadas con sentido común y sin internarse "en los estratos adicionales de la burocracia".
Según el informe, los servicios de préstamos y asesoría del banco a los países africanos tratarán de alentar programas "ganadores" de crecimiento económico, que "favorezcan a los pobres sin sacrificar la estrategia general".
El banco expresó especial preocupación que "el riesgo de convulsión social se intensifique debido al aumento de las desigualdades en muchas naciones africanas".
"Como los sistemas de comunicaciones se expanden y mejoran, la amplia y creciente brecha entre ricos y pobres se hace cada vez más obvia para los menesterosos, e inevitablemente se rebelarán", expresó el informe.
Por esa razón, el documento subrayó que "es esencial una mejor distribución de los ingresos".
"El crecimiento resulta obviamente crucial para reducir la pobreza, sin embargo, incluso con un crecimiento agregado del cinco por ciento anual, una proyección optimista, no habrá efectos discernibles en los indicadores de pobreza de Africa o en el número de menesterosos", apuntó.
"La combinación de modestas perspectivas de aumento del producto interno bruto (PIB), quizás menos del cinco por ciento anual, y el impacto comparativamente pequeño del crecimiento sobre la pobreza demuestra que su significativa reducción en Africa subsahariana en los próximos 50 años no dependerá solo del alza del ingreso".
Para evitar la amenaza de una guerra de clases, el banco exhumó políticas sobre reducción de la pobreza y desarrollo rural.
El informe pidió un intensivo crecimiento laboral a través de políticas que "logren estabilidad y brinden incentivos para crear empleos y aumentar la producción, tanto para el mercado interno como de exportación".
Además, urgió la creación de servicios sociales mínimos para alcanzar comunidades en áreas remotas y distritos urbanos precarios, desarrollo rural, incluyendo caminos, infraestructuras, investigación agrícola y extensión de gastos públicos en favor de los pobres, e inversiones que no discriminen el trabajo.
El texto tambien trató de demostrar honestidad propia, la cual a juicio de muchas ONG y gobiernos africanos, el banco no tiene.
Los programas de préstamos del banco están basados en estrategias de asistencia a países. El informe mencionó una evaluación interna en 1995 que culpó al banco de concentrarse en temas de estabilización macroeconómica y reformas estructurales, con pocas referencias al estado o causas de la pobreza".
La institución ahora se hizo eco de las críticas al decir que "esa escasez de visión operativa a menudo está arraigada en falta de información sobre la pobreza, análisis inadecuado y poco interés en reducir las condiciones de miseria".
Otras causas incluyen el sacrificio de la reducción de la pobreza en el altar de las buenas relaciones con gobiernos, que cierran un ojo al problema porque, bajo su punto de vista, admitirlo es síntoma de fracaso, según Madavo.
"Lo peor es que los funcionarios del banco han considerado tradicionalmente su trabajo como una simple acción de transferencia de dinero", añadió madavo.
De ahora en adelante, el informe prometió que su estrategia de asistencia a cada nación tendrá en cuenta la reducción de la pobreza en cada una de sus cuatro secciones referidas al reciente desempeño socioeconómico, ambiente externo, objetivos y politicas de desarrollo del país en cuestión.
Alrededor del 45 por ciento de los 590 millones de habitantes del Africa subsahariana viven bajo el umbral de pobreza para su país. Al menos la mitad vive en naciones de Africa Oriental y Nigeria. En 1993, se calculó que cuatro de cada 10 africanos vivían con menos de un dólar por día.
"Dadas las actuales estructuras económicas, los índices de aumento de población… y esquemas de crecimiento, la cantidad de pobres en Africa subsahariana solo se reducirá si el aumento de la tasa de ingreso nacional supera el cinco por ciento", expresó el informe.
El PIB de Nigeria, el país más poblado de la región, tuvo un incremento anual del 2,4 por ciento entre 1990 y 1994, según el banco. Uganda experimentó un crecimiento del 5,6 por ciento, Tanzania del 3,1 y Kenia alrededor del 0,9. (FIN/IPS/tra- en/aa/yjc/ego/dv).
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