Leopoldo Sucre, principal conductor durante tres décadas de la industria pesada de Venezuela, murió a los 71 años, víctima de cáncer, justo cuando el Estado se apresta a privatizar los complejos de acero y aluminio cuyo desarrollo impulsó.
Sucre, fallecido el jueves, fue llamado el "zar" de la Guayana, por impulsar el aprovechamiento de las riquezas de esa región situada a la derecha del río Orinoco, que ocupa la mitad del territorio de Venezuela y contiene grandes recursos minerales, forestales, de biodiversidad e hidroelectricidad.
Desde los años 60 hasta mediados de los 80 surgieron en buena medida bajo la gestión de Sucre una represa con capacidad de generación de 10.000 megavatios, una acería de tres millones de toneladas/año y plantas de aluminio primario de 630.000 toneladas anuales, además de crearse una nueva urbe, Ciudad Guayana.
Sucre se opuso a privatizar la industria pesada de Guayana, con la tesis de que la gerencia pública "no es mejor ni peor que la privada" y que la eficiencia de la gestión o su falta se deciden en el marco regulatorio y por el peso de la política sobre la técnica.
Militó desde joven en el partido socialdemócrata Acción Democrática -fue senador hasta su muerte- y se desempenó como ministro de Obras Públicas y de la estatal Corporación de Guayana durante varios gobiernos de esa tendencia, desde los años 60 hasta los 90. (FIN/IPS/hm/ff/if/96