El obispo católico de Timor Oriental, Carlos Felipe Ximenes, Premio Nobel de la Paz 1996, teme que la distinción le traiga problemas con el gobierno y los militares de Indonesia, que ocupan su país, según declaró hoy a una radioemisora de México.
"El Premio Nobel me da más dificultades, crea más desconfianza al gobierno y a los militares. Esto me da más problemas, más dolor de cabeza", dijo Ximenes, que compartió el galardón con José Ramos Horta, representante internacional de la resistencia timorense.
No obstante, puntualizó que "voy a recibirlo, porque es un premio para todo el pueblo, para todos los hombres y mujeres que trabajan a favor de la paz y la justicia en Timor" Oriental, una ex colonia portuguesa que Indonesia ocupó en 1975 y anexó al año siguiente.
El obispo destinará la recompensa material a recibir (más de un millón de dólares) a obras de infraestructura del Centro de la Comisión de Justicia y Paz, la institución que integra, según anunció.
Así mismo, se declaró sorprendido por el galardón internacional, ya que, de acuerdo con sus palabras, "sólo cumplo mi trabajo de sacerdote", que incluye "defender los derechos humanos y promover la justicia y la no violencia. (FIN/IPS/dc/ff/ip hd/96)