La Policía Nacional de Haití (PNH), una fuerza de seguridad con sólo 19 meses de vida, debe continuar recibiendo asistencia extranjera mientras consolida y extiende sus estructuras, según fuentes del propio cuerpo.
"La situación podría tornarse peligrosa si tuviéramos que arreglárnoslas sin ninguna ayuda del exterior", dijo a IPS un oficial de la PNH. "No me gusta la presencia de militares extranjeros, pero debemos ser realistas. Aún precisamos apoyo para seguir formando a efectivos que ya están actuando".
Hasta ahora el gobierno no ha dado claras indicaciones de cómo va a proceder en la inminencia de decidir la renovación o la clausura de la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas a Haití (MANUH), cuyo final es reclamado por algunos dirigentes políticos de la coalición gobernante Lavalas.
No obstante, el presidente René Préval -en una declaración emitida la semana pasada- envió un inequívoco mensaje al decir que no piensa seguir los "diktats" de los políticos.
Préval considera que la seguridad es una cuestión de su exclusiva jurisdicción.
La aún novata PNH lucha por superar diversos obstáculos, no siendo el menor de ellos la escasez de recursos y de apoyo técnico. El curso de tres meses que dicta la academia policial para entrenar a los nuevos reclutas sólo les proporciona una formación básica.
Se ha podido comprobar que esa formación no es suficiente para contrarrestar los problemas disciplinarios y de discriminación que existen entre los miembros del cuerpo.
Al referirse a la Compañía de Intervención y Mantenimiento del Orden (CIMO) -un unidad de élite en formación, cuyos miembros tienen una edad promedio de sólo 24 años-, un oficial del más alto rango de la PNH confió a IPS que "hay que andar con pies de plomo" en la tarea de preparar a este cuerpo.
La CIMO está concebida como una gran brigada antiterrorista que contará con extensas facultades y un fuerte poderío. Para comenzar su actuación será necesario que el Parlamento le otorgue la autorización legal para usar armas automáticas.
Este nuevo grupo de choque, que recibe entrenamiento de profesionales estadounidenses, estará integrado por 60 altos tiradores que comenzaron su entrenamiento a principios de julio y utilizarán subametralladoras de fabricación alemana (Glock y Brymann) y fusiles estadounidenses M-16.
Los oficiales de policía, sin embargo, se muestran satisfechos con la mejoría experimentada por la unidad de investigaciones, la cual recibe su formación de un equipo internacional. El éxito, no obstante, no siempre llega tan fácilmente.
En prueba de ello citan el caso del secuestro del niño de seis años Boris Pautynsky, quien fue cogido el 28 de mayo por hombres armados desconocidos y aún no ha sido hallado pese a la colaboración de la Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos.
Por otra parte, 55 policías -incluyendo a cinco comisarios- debieron ser destituidos este mes por "graves errores profesionales o infracciones en materia de violación de los derechos humanos". Algunos de ellos están ya encarcelados y otros esperan juicio.
Los 1.600 efectivos reclutados entre los refugiados que se encontraban alojados en la base militar de Estados Unidos en Guantánamo (Cuba) y entre los ex soldados del disuelto ejército del antiguo régimen, debieron pasar pruebas de aptitud y asistir a un curso preliminar antes de ser aceptados por la policía.
Debido a la falta de telecomunicaciones confiables y una red de carreteras, la PNH aún no ha podido extender su alcance a todos los rincones del territorio haitiano, de 27.000 kilómetros cuadrados.
Sin perjuicio de esas limitaciones, la puesta en ejecución de un nuevo plan de seguridad pública en la región de Puerto Príncipe a partir del 7 de octubre, parece haber reducido la delincuencia en la capital.
La cuestión del apoyo internacional a Haití ocupó espacios prioritarios en la prensa durante la última semana, en particular por estar próxima una decisión sobre la renovación del mandato de MANUH.
Parlamentarios de Lavalas, al igual que miembros de algunas organizaciones de base, han hecho saber su deseo de que MANUH concluya su presencia en el país antes del 30 de noviembre.
La mayoría de las personas que se oponen a una prolongación de la presencia militar internacional entienden que la misión ha sobrevivido a su propia utilidad y juzgan que no ha sido capaz de crear un clima de seguridad, generando en cambio un sentimiento infantil entre los haitianos .
Los funcionarios de las Naciones Unidas presentes en Haití han evitado formular comentarios, señalando únicamente que la renovación del mandato de MANUH sólo depende del declarado deseo del gobierno haitiano en favor de la permanencia de la misión. (FIN/IPS/tra-en/emc/sz/mk/arl/ip/96
