Emisoras sandinistas lanzaron en Nicaragua una abierta campaña de desacato del resultado de las elecciones del domingo, cuya revisión es también exigida por otros 10 partidos políticos.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y su candidato a la presidencia, Daniel Ortega, superado en el escrutinio preliminar por el conservador Arnoldo Alemán, afirmaron que la información de las mesas receptoras de votos llega alterada al Centro Nacional de Cómputos.
El Consejo Supremo Electoral (CSE) reconoció que parte de la información procedente de las mesas receptoras "es confusa". La presidenta del CSE, Rosa María Celaya, comunicó que el organismo se mantiene en sesión permanente para finalizar "cuanto antes" el recuento de votos.
Zelaya puntualizó que los resultados difundidos "son provisionales y preliminares" y "podrían sufrir alguna variación", de comprobarse errores.
A la demanda de Ortega se sumaron 10 de los 30 partidos que, junto con el FSLN y la Alianza Liberal, de Alemán, completaron el amplio arco de opciones ofrecido el domingo a los 2,4 millones de votantes habilitados.
Ortega, que en el escrutinio oficial logra 38,64 por ciento de los votos, frente a 48,58 por ciento de Alemán, aclaró que solicita la revisión del escrutinio, "conforme dicta la ley", pero admitió que el proceso electoral en su conjunto ha sido "válido".
Mientras, Alemán llamó al FSLN "al diálogo" para resolver la situación, y pidió "serenidad" a Ortega.
Cerca de 300 simpatizantes sandinistas marcharon el martes por las calles de la ciudad de Matagalpa, situada algo más de 100 kilómetros al norte de Managua, en protesta por las irregularidades que supuestamente viciarían el escrutinio.
Camino Cristiano, la tercera fuerza electoral, exigió la anulación de los comicios y la convocatoria a nuevas elecciones en el menor plazo posible.
Alvaro Fiallos, portavoz del FSLN, enseñó a la prensa telegramas de mesas receptoras al Centro Nacional de Cómputos en los que votos adjudicados en actas a Ortega aparecen asignados a candidatos ubicados a su lado en las boletas de sufragio.
El FSLN advirtió que no reconocerá el resultado de las elecciones hasta que no sean contrastados con las actas originales de las mesas de votación.
El CSE obtiene su información de telegramas, llamadas telefónicas y mensajes recibidos por fax de las 9.005 mesas habilitadas el domingo que, a su vez, conservan las actas de su propio escrutinio.
Los hechos amenazan el sueño de la presidenta Violeta Chamorro de ceder el mando a su sucesor mediante elecciones limpias.
Los problemas organizativos afectaron a la propia Chamorro, cuando el domingo se proponía depositar su voto. La mandataria pidió paciencia a la población.
Pero en la noche del martes, la Presidencia emitió un comunicado para oponerse a la impugnación de los comicios y pedir a los partidos políticos el acatamiento de la información difundida por el CSE.
Elí Altamirano, candidato a la presidencia por el Partido Comunista, opinó que las irregularidades denunciadas representan "un fraude descarado" que busca marginar del parlamento y de la vida política a numerosos grupos menores.
A excepción de Camino Cristiano, que lleva cerca de cuatro por ciento del total de votos, los pequeños partidos que acompañan el pedido de revisión presentado por el FSLN tuvieron un apoyo electoral inferior a uno por ciento, insuficiente para lograr representación parlamentaria.
La reclamación formulada es entonces asunto de vida o muerte para ellos, pues el partido que no logre al menos un escaño en la Asamblea Nacional perderá su personalidad jurídica, según establece la legislación electoral.
Además, están obligados a devolver al Estado los fondos recibidos para la campaña electoral, unos 400.000 dólares. El pago debe efectuarse en cinco años y con un interés anual de tres por ciento sobre saldos.
La ley determina que toda elección será declarada nula en caso de que los vicios confirmados lleven a la anulación de 50 por ciento de los votos emitidos.
En ese caso, el CSE estaría obligado a llamar a nuevos comicios en la fecha anunciada para la segunda vuelta. Es decir, a fines de noviembre.
"Es muy difícil comprobar la nulidad de 50 por ciento de los votos, y por eso pedimos que se revise el recuento" de sufragios para la elección de diputados y autoridades municipales, explicó el derechista Alfredo César, candidato presidencial de la alianza UNO 96.
Moisés Hassan, del Movimiento de Acción Renovadora, criticó a los observadores internacionales, que en su mayoría avalaron los comicios.
Pero el ex presidente costarricense Oscar Arias, premio Nobel de la Paz, insistió en respaldar la jornada electoral del domingo.
Arias, observador de las elecciones, destacó que los nicaragüenses "han dicho no al pasado y a la guerra" y dicho implícitamente que "en adelante, los gobiernos serán sustituidos en las urnas, y no mediante la guerra". (FIN/IPS/rf/ff/ip/96
