ESTADOS UNIDOS: Litigio comercial con UE toma cariz peligroso

El conflicto comercial entre Estados Unidos y Europa ha tomado un cariz peligroso, si bien diplomáticos de las dos partes afirman que la sangre no llegó al río.

Fue en mayo pasado que un columnista estadounidense lanzó una advertencia pública desde su diario, sobre las consecuencias del litigio intercontinental en ciernes.

Señalando que las rivalidades comerciales en el Tercer Mundo entre Estados Unidos y sus más estrechos aliados europeos fueron siempre factores de controversias, Jim Hoagland escribió en el Washington Post que "la disputa sobre cuestiones comerciales ha tomado un nuevo sesgo muy peligroso".

Aunque los diplomáticos estadounidenses y europeos insisten que "no hay daños irreparables", la creciente irritación de Washington por las actitudes de sus aliados trasatlánticos ha puesto en evidencia que las tensiones están llegando a un punto crítico.

El Departamento de Estado ha arrojado muchos de los últimos puñetazos. El vocero oficial, Nicholas Burns, se encarnizó con Francia, donde el presidente Jacques Chirac parece decidido a ponerse la capa de Charles De Gaulle, cuya manifiesta independencia de criterio enfureció a menudo a los políticos estadonidenses.

Sin embargo, la Unión Europea (UE) en su conjunto tambien es atacada y calificada de cínica, desagradecida y poco cooperativa respecto a los esfuerzos de Washington para salvar al mundo de dictadores, terroristas y regímenes belicosos.

Burns se quejó de la decisión adoptada por la UE esta semana de tomar reresalias contra una nueva ley estadounidense destinada a desalentar la inversión extranjera en Cuba.

Específicamente, la ley Helms-Burton permitiría a ciudadanos estadounidenses demandar judicialmente ante tribunales federales a compañías extranjeras e individuos que comercien con bienes expropiados por el gobierno de Fidel Castro, tras la revolución cubana en 1959.

"No creemos que es apropiado para los europeos dar ese paso", dijo Burns. "Sería de gran ayuda por parte de los europeos… si muestran alguna preocupación por las víctimas de Fidel Castro. Vivimos cerca de Cuba, comprendemos a los cubanos, pienso, mejor que los europeos…"

El ataque contra la ley Helms-Burton, que fue aprobada por el Congreso en febrero luego que cazas cubanos derribaron dos aviones tripulados por activistas anticastristas, es el último en una serie de choques transatlánticos.

Los europeos han objetado otra ley que impone sanciones a empresas foráneas que invierten más de 40 millones de dólares en los sectores petrolero y gasífero de Irán y Libia.

La UE ya interpuso una queja formal ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) sobre la ley anticubana y previno que adoptará una medida similar respecto a la legislación sobre Irán y Libia.

Las naciones europeas realizan negocios por más de 20.000 millones de dólares anuales con Irán y Libia, y dependen mucho más que Estados Unidos de las exportaciones de gas y crudo procedentes de los dos países.

Washington insiste que sus esfuerzos contra los dos "delincuentes" no obedecen a motivos comerciales sino son parte de la lucha contra el terrorismo internacional.

"Solo puedo esperar que en un día cercano, todos los países lleguen a darse cuenta que no se puede hacer negocios durante el día con gente que asesina a otras personas por la noche", sentenció el presidente Bill Clinton en un discurso que pronunció en agosto.

Esa actitud de superioridad moral tuvo eco en legisladores y diarios en Estados Unidos.

"Estados Unidos tiene intereses globales que incluyen liderazgo antiterrorista, mientras Europa posee intereses regionales y locales con una tendencia a los negocios", escribió Stephen Rosenfeld en el Washington Post. "Ese es el motivo que el Atlántico esté dividido acerca del terrorismo".

Una actitud similar ha caracterizado el debate sobre los esfuerzos de algunos países europeos, especialmente Francia, para aliviar el embargo económico de la ONU contra Iraq, que ya dura seis años y es otro estado "delincuente" a juicio de Washington.

Las diferencias sobre Iraq se agudizaron a fines de agosto cuando el presidente iraquí Saddam Hussein envió tropas al norte del país para apoyar a una facción kurda en lucha contra otra supuestamente apoyada por Irán. Washington, en represalia, lanzó mísiles cruise contra instalaciones de defensa antiaérea en el sur de Iraq.

El ataque estadounidense, denunciado por Francia, fue recibido con desagrado en la mayoría de las capitales europeas con la única excepción de Londres.

"Desavenencia sobre los pícaros", como la calificó recientemente el analista del Instituto de Política Mundial, Sherle Schenninger, ha revivido el estereotipo de los europeos "moralmente quebrados y sin espina dorsal, demasiado deseosos de bailar con el diablo por el bien de sus intereses comercial, que ingenuamente privilegian el diálogo y los negocios cuando es necesaria fuerza".

De la otra parte, el conflicto ha reforzado los estereotipos europeos que Estados unidos es peligrosamente unilateral, matón, principista y fundamentalmente hipócrita.

Esas opiniones se ven confirmadas cuando se trata de "abusadores de derechos humanos" como China y Nigeria.

El año pasado, Washington, que importa el 40 por ciento de las exportaciones nigerianas de crudo, declaró estar listo a imponer sanciones económicas al régimen de militar de Sani Abacha, pero no pudo lograr que los europeos lo imitaran.

Respecto a China, el mayor y más dinámico mercado del Tercer Mundo, Clinton hasta ahora declinó realizar encuentros bilaterales en Washington o Beijing, mientras los líderes de Francia y Alemania se han comprometido personalmente en la carrera para lograr grandes contratos de los chinos.

"Mientras Estados Unidos desafía a China para que acate las normas de política internacional y comercio, las naciones europeas sacan provecho de la tensión entre Beijing y Washington", apuntó Hoagland en el Washington Post.

Aparte del problema de los "delincuentes", recientes escaramuzas diplomáticas, particularmente entre Francia y Estados Unidos, generaron nuevas amenazas a la armonía trasatlántica.

La preocupación europea que el proceso de paz palestino-israelí se desmorone, se ha traducido en demandas enfatizadas por Chirac, quien visitó el Medio Oriente la semana pasada, que la UE tenga un papel más importante en las negociaciones diplomáticas. No obstante, esa posición fue recibida en Washington con desdén.

Burns advirtió esta semana que "nadie debe hacerse ilusiones que Estados Unidos será sustituído o acompañado por alguien en estas negociaciones específicas, como algún país europeo o la UE. No va a ocurrir porque palestinos e israelíes no lo quieren. Es así de simple…"

Las declaraciones de Burns siguieron a su ataque mordaz contra el ministro francés de Desarrollo, quien cuestionó públicamente si el viaje de una semana a Africa del secretario de Estado, Warren Christopher, no estaba políticamente motivado.

Tras exigir una retractación (que hasta ahora no recibió), Burns sugirió que el ministro, Jacques Godfrain, "había estado viviendo bajo una roca".

Si bien esos choques están lejos de conducir a una guerra, algunos analistas, como el historiador europeo David Calleo, de la escuela de estudios internacionales avanzados de la Universidad John Hopkins, señaló que las rivalidades económicas, anteriormente sofocadas por la Guerra Fría, ahora habían emergido.

En un artículo en el World Policy Journal, en el cual arguyó que la amenaza soviética havia "protegido al capitalismo occidental de sus tendencias autodestructivas", Calleo señaló que los lazos económicos entre países capitalistas avanzados "son muchos más frágiles y precarios de lo que creímos durante la Guerra Fría".

"Si las relaciones económicas son frágiles, a la postre, lo son tambien los lazos políticos", apuntó. (FIN/IPS/tra- en/jl/yjc/ego/ip).

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