El Fondo Monetario Internacional (FMI) pidió por primera vez opiniones ajenas a la institución para evaluar los resultados de sus programas de ajuste estructural en los países en desarrollo.
Los consultores externos añadirán una "perspectiva independiente" en una evaluación del Fondo de Ajuste Estructural Ampliado (ESAF), según comentó a IPS este martes una fuente autorizada del FMI.
Los funcionarios sostienen que, sin perjuicio de examinar el impacto social de las políticas de ajuste estructural, lo que la institución realmente desea es encontrar formas de mejorar la eficacia del ESAF, que otorga préstamos blandos para que los gobiernos contengan la inflación y el gasto público.
Los préstamos del ESAF también van destinados a facilitar que los gobiernos liberalicen el comercio exterior, el comercio y la banca, y se mantengan al día en el pago de la deuda externa.
La idea de evaluar el sistema fue anunciada inicialmente por el director gerente del FMI, Michel Camdessus, en vísperas de las asambleas conjuntas anuales del Fondo y el Banco Mundial, a principios de este mes.
"Vamos a comenzar, con ayuda de consultores externos, una amplia revisión de la experiencia de los programas de reforma asistidos por el ESAF, incluso del control de esas políticas, para estar seguros de hacer el mejor uso posible de ese instrumento, en beneficio de nuestros miembros más pobres".
Las palabras fueron pronunciadas por Camdessus ante el Comité de Desarrollo Banco Mundial-FMI, de Ministros de Finanzas.
Los consultores externos incluirán, probablemente, a banqueros, académicos y funcionarios de organismos estatales de cooperación, pero no a representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG), según fuentes del FMI.
Con un plazo de conclusión hasta el fin de la primavera de 1997, la revisión deberá incluir a todos los países en desarrollo cubiertos por el ESAF y su predecesor, el Fonde de Ajuste Estructural (SAF).
El personal del FMI y los consultores externos se concentrarán en averiguar si han sido alcanzadas las metas de realineamiento de las tasas de cambio, de privatización y reforma tributaria, y de liberalización comercial. También interesa saber de qué forma han sido alcanzadas.
Los funcionarios de FMI entienden que esta evaluación se presenta en un momento clave de la institución, que este mes obtuvo autorización para hacer permanente el ESAF, con lo cual el sistema se ve librado de tener que buscar nueva financiación de forma periódica.
En las reuniones anuales que el FMI y el Banco Mundial celebraron del 1 al 3 de este mes, los gobernadores del Fondo dieron luz verde a los planes de la institución para financiar el ESAF hasta el año 2004.
Se estima que para entonces el fondo habrá comenzado a recoger suficientes recursos en forma de devolución de préstamos, lo que le permitirá autofinanciarse "en perpetuidad", de acuerdo con un documento oficial.
Además, los préstamos del ESAF podrán ser otorgados por plazos más largos, como parte de la contribución del FMI a la iniciativa de alivio de la deuda en favor de los países pobres fuertemente endeudados.
Este esquema ha sido criticado, tanto desde los países industrializados como desde las naciones en vías de desarrollo. Las ONG del Norte y los gobernantes del Sur entienden que el ESAF ha debilitado aún más a las sociedades más pobres y no ha logrado reducir las apreturas de la deuda externa.
No queda claro si la evaluación permitirá que el FMI refute las críticas del Norte y del Sur, pero los funcionarios de la institución esperan que podrán silenciar a ambos campos.
A cambio de la aceptación de las políticas de reforma estructural, el FMI otorga a los gobiernos escasos de recursos y ahogados por la deuda externa unos préstamos con una tasa anual de interés de 0,5 por ciento, con pagos que comienzan después de cinco años y medio del desembolso y terminan 10 años más tarde.
Hasta el 30 de abril de 1996, el FMI había formulado programas en 38 países bajo el sistema del SAF, y en 51 países bajo el sistema del ESAF. (FIN/IPS/tra-en/aa/pz/arl/if-dv/96
