Brasil ya es el tercer mercado mundial de televisores, acercándose a Japón, y el de mayor crecimiento de venta de discos compactos, como resultado de la relativa estabilidad económica lograda a partir de julio de 1994.
Un informe del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), institución estatal de fomento, indica que se vendieron 6,1 millones de televisores y el total será este año de nueve millones este año.
Los mayores mercados mundiales son Estados Unidos, con cerca de 25 millones de aparatos al año, y Japón, con 10 millones. La tendencia es que Brasil pase al segundo lugar en 1997, aunque se reduzca el ritmo de crecimiento de ventas de 48 por ciento registrado este año.
El "boom" se extiende a otros productos eléctricos y electrónicos de uso doméstico, especialmente en el área de audiovisuales. Los aparatos de videocasete registraron ventas de 1,5 millones de unidades en el primer semestre de este año, 58 por ciento más que en igual período de 1995.
Brasil es también el mercado que más crece en discos compactos. Aumentó 140 por ciento en 1994 y 40 por ciento el año pasado y los datos indican una expansión sostenida, ya que la venta de tocadiscos apropiados se incrementó 32 por ciento en el primer semestre de este año.
El estudio del BNDES apunta dos causas convergentes para esa explosión sectorial de ventas. Por un lado, el plan real, que al estabilizar la moneda aumentó el poder de compra de las capas de población antes ajenas a ese tipo de consumo.
En segundo término, la apertura del mercado nacional a las importaciones, comenzada en 1990, determinó una fuerte reducción de precios de los electrodomésticos.
La industria instalada en el país tuvo que reestructurarse y reducir costos, ante la competencia extranjera y la avalancha de importaciones.
Un televisor de 20 pulgadas, que costaba 800 dólares en 1990 hoy se paga la mitad, destacó el economista Roberto Macedo, director de la Asociación Nacional de Fabricantes de Productos Electroelectrónicos.
Brasil es sólo el sexto productor mundial de televisores, aunque sea el tercer consumidor, según la Asociación. Esa clasificación no considera a China, por inexistencia de datos.
La producción nacional de televisores será este año de 7,5 millones de unidades y la demanda agregada deberá ser satisfecha con importaciones.
El censo del Instituto Brasileño de Geografia y Estadística comprobó que de 1990 a 1995 las viviendas con televisores se incrementaron en 6,4 millones. Eran 32,6 millones el año pasado, 82,3 por ciento del total de hogares existentes.
Las capas más pobres también están sustituyendo sus viejos televisores, especialmente los equipos en blanco y negro, por aparatos color, lo que explica una parte de la demanda agregada.
Sin muchas alternativas de esparcimiento, el brasileño dedica buena parte de su jornada a ver televisión. Los aparatos quedan encendidos seis horas y 26 minutos por día en Río de Janeiro y siete horas y 32 minutos en Sao Paulo, según un instituto especializado en mediciones de audiencia. (FIN/IPS/mo/ff/if/96
