TURQUIA: Solución política al problema kurdo pierde terreno

El arresto de dos activistas que negociaron sin éxito la libertad de ocho soldados turcos prisioneros de rebeldes kurdos en el norte de Iraq deja claro que Ankara no aceptará soluciones al secesionismo al margen de la acción militar.

Un diputado del gobernante Partido del Bienestar de Turquía que, al igual que los activistas presos, viajó a esa zona para negociar con el clandestino Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) también podría enfrentar acusaciones en estrados judiciales.

Una manifestación celebrada en el distrito Galatasaray de Estambul pidió la liberación del presidente de la Asociación Turca por los Derechos Humanos, Akin Birdal, y el dirigente de la organización Mazlum-Der, Ihsan Arslan.

Ambos fueron detenidos por orden del fiscal de la Corte de Seguridad del Estado, Nuh Mete Yuksel, quien les investiga por "complicidad" con el PKK.

Las guerrillas del PKK han estado en combate contra las fuerzas de seguridad de Turquía en el disputado territorio suroriental del país a partir de 1984. Desde entonces, más de 20.000 personas murieron a causa del conflicto.

Birdal y Arslan integran un grupo de activistas que viajó al norte de Iraq para persuadir a las guerrillas del PKK de liberar a ocho soldados turcos prisioneros desde 1995.

"Las palabras ya son inútiles. Yo siento que me estoy comunicando en una lengua muerta. O inventamos nuevos medios de lucha o nos hundiremos en algo que aún no podemos ver", dijo el célebre poeta turco Murathan Mungan.

Yuksel dijo que los infructuosos intentos de mediación asumidos por Birdal y Arslan apenas sirvieron para impulsar la lucha del PKK y que, por lo tanto, los activistas debían ser castigados.

Los arrestos levantaron polvareda en el ámbito internacional. Patric Baudoin, presidente de la Federación Internacional por los Derechos Humanos con sede en París, criticó este martes a Ankara y reclamó la liberación inmediata de los negociadores.

Nazmi Gur, de la Asociación de Derechos Humanos, dijo que la Unión Europea podría considerar la cuestión y que el gobierno de Alemania planeaba enviar una misión a Ankara para intermediar en favor de los detenidos.

"Estos arrestos tienen cierto significado. Son una señal del gobierno turco de que no habrá tolerancia para ninguna solución que no sea militar", manifestó Yavuz Onen, presidente de la Fundación de Derechos Humanos de Turquía.

La oficina del fiscal informó que, al igual que Arslan y Birdal, Fettullah Erbas, diputado del islámico Partido del Bienestar, principal sector de la coalición de gobierno de Turquía, enfrenta acusaciones por instar al viaje al norte de Iraq.

Pero se prevé que Erbas no será acusado por su cercanía con el primer ministro Necmettin Erbakan. El Congreso, además, debería votar antes el levantamiento de su inmunidad parlamentaria.

El legislador respaldó a Arslan y Birdal. "Estos dos hombres honestos no procuraban nada más que la paz. Arriesgaron sus famas y asumieron una tarea muy difícil. No les dejaré solos. Estoy listo para afrontar un juicio junto a ellos", aseguró.

Arslan, Birdal y Erbas se unieron a familiares de prisioneros turcos en un viaje al campo del PKK en la región de Amadia, 30 kilómetros más allá de la frontera entre Turquía e Irak, y se internaron en áreas bajo control del kurdo-iraquí Partido Democrático del Kurdistán (KDP).

A pesar de que mantuvieron largas conversaciones con jefes locales del PKK, no se les permitió retirarse con los prisioneros turcos. Entonces, regresaron a Ankara, mientras los familiares de los prisioneros permanecían en el norte de Iraq.

Al principio silenciosos, funcionarios del gobierno de Turquía y dirigentes de partidos políticos manifestaron su furia contra los activistas luego del infructuoso intento de mediación.

Las acusaciones dirigidas contra ellos se referían a "perjuicios contra la seguridad turca" y "servicios a la propaganda del PKK".

Erbas justificó su viaje como "una decisión individual basada en valores humanos".

Onen cree que el legislador y Arslan procuraban obtener réditos políticos mediante el regreso de los ocho prisioneros turcos, lo cual demostraría, al mismo tiempo, el fracaso de la "línea dura" militar para combatir a los rebeldes kurdos.

Sin embargo, sostuvo que Birdal no tenía motivaciones políticas ulteriores y alabó su actitud.

Birdal y Arslan comparecerán ante la Corte de Seguridad del Estado en Ankara este viernes. Si se los declara culpables, pasarán entre seis meses y dos años entre rejas. (FIN/IPS/tra- en/nm/rj/mj/ip hd/96

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